CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 17 febrero 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha manifestado su dolor por las noticias provenientes de Filipinas, donde un alud de tierra sepultó este viernes al pueblo de Guinsaugon, en la sureña isla de Leyte, y ha provocado graves daños en otras poblacioes.
Según fuentes de Caritas Internationalis, «unas doscientas personas han muerto, pero este número podría aumentar, pues muchos de los 1.500 desaparecidos podrían sufrir la misma suerte. Algunos medios de comunicación locales afirmaron que los muertos podrían ser 3.000».
«El Santo Padre ofrece fervientes oraciones por todos los que han fallecido e invoca el consuelo divino por todas las personas en luto», afirma un telegrama enviado por el cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado.
El obispo de Roma «reza para que las operaciones de ayuda sean rápidas y generosas en respuesta a este desastre y pide al Señor que dé valentía y fuerza a todos los involucrados en la tarea de atender a los que han perdido sus casas».
Cáritas Filipinas está sobre el terreno ofreciendo ayuda y canalizando la ayuda internacional a las poblaciones afectadas (Cf. www.caritas.org).