CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 20 febrero 2006 (ZENIT.org).- En medio de la crisis internacional provocada por las caricaturas que ridiculizan a Mahoma, Benedicto XVI explicó este lunes que la comprensión entre pueblos implica respetar sus símbolos religiosos.
«En el contexto internacional que vivimos en estos momentos, la Iglesia católica sigue convencida de que para favorecer la paz y la comprensión entre los pueblos y los hombres es necesario y urgente que las religiones y sus símbolos sean respetados», señaló.
Esto implica, añadió, «que los creyentes no sean objeto de provocaciones que hieran su vida y sus sentimientos religiosos».
El Santo Padre hizo este análisis al recibir las cartas credenciales de Ali Achour, nuevo embajador de Marruecos, país que –como reconoció– quiere comprometerse en la «consolidación del diálogo entre las civilizaciones, las culturas y las religiones».
Al mismo tiempo, el obispo de Roma dejó claro que «la intolerancia y la violencia no pueden justificarse nunca como respuestas a las ofensas, pues no son respuestas compatibles con los principios sagrados de la religión».
Por este motivo, indicó, hay que «deplorar las acciones de quienes se aprovechan deliberadamente de la ofensa causada a los sentimientos religiosos para fomentar actos violentos, y con mayor razón al tener lugar con fines ajenos a los de la religión».
Benedicto XVI indicó que «para los creyentes, como para todos los hombres de buena voluntad, el único camino que puede conducir a la paz y a la fraternidad es el del respeto de las convicciones y de las prácticas religiosas de los demás».
Pidió que este respeto se garantice «de manera recíproca en todas las sociedades» de manera que «se asegure a cada quien el ejercicio de la religión libremente escogida».