CIUDAD DEL VATICANO, martes, 20 febrero 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha manifestado públicamente su dolor por las «protestas violentas» en el norte de Nigeria que han provocado la muerte de al menos treinta personas en su mayoría cristianas y de un sacerdote.
En un telegrama enviado en su nombre por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, el Papa «asegura a los afectados su cercanía en la oración y encomienda al reverendo padre Michael Gajere y a todos los fallecidos al amor misericordioso del Todopoderoso».
Según informa «L’Osservatore Romano» en su edición en italiano de este miércoles además de los treinta fallecidos, al menos otras 230 personas han resultado heridas durante los altercados.
El mismo diario explicaba este martes que el padre Gajere ha testimoniado «el Evangelio con el don supremo de la vida», como el sacerdote Andrea Santoro, asesinado en Turquía el 5 de febrero.
«Fue brutalmente asesinado» después de «haber salvado heroicamente a los monaguillos presentes en la parroquia».
«L’Osservatore Romano» aclara asimismo que «a las protestas contra las viñetas» sobre Mahoma «se les ha unido la oposición a una enmienda a la Constitución que permitiría al presidente Olusegun Obasanjo presentarse a un tercer mandato en el año 2007».
«Los autores de los desórdenes han destruido también unas doce iglesias, doscientas tiendas comerciales, unas cincuenta casas privadas y centenares de vehículos», indica el diario.
Según la misma fuente, «otras cinco personas han muerto en enfrentamientos en la ciudad de Bauchi, donde extremistas islámicos denunciaron un presunto caso de profanación del Corán en una escuela cristiana».
El mensaje pontificio invoca «las bendiciones divinas de fuerza y consuelo» y asegura oraciones «por todos los encargados de la seguridad, alentándoles en sus esfuerzos para asegurar la paz y para promover el estado de derecho que ansían todas las personas de buena voluntad».
El nuncio apostólico en Nigeria, el arzobispo Renzo Fratini, ha aclarado a la agencia «Fides» que la «protesta por las viñetas sólo es un pretexto».
«Se trata de un fenómeno que tiene poco que ver con la religión, pues hay manipulaciones políticas que tratan de aprovecharse de las divisiones de la sociedad nigeriana para sus propios objetivos», indica, citando las tensiones creadas por la propuesta de enmienda de la Constitución.