HOUSTON, domingo, 5 marzo 2006 (ZENIT.org–El Observador).- La arquidiócesis de Galveston-Houston, cuya erección fue en 1847, tiene ya un nuevo arzobispo en la persona de monseñor Daniel N. DiNardo, quien ha asumido la responsabilidad tras la renuncia, por motivos de edad, del ahora arzobispo emérito Joseph A. Fiorenza.
El arzobispo DiNardo, nacido en Steubenville, Ohio, en 1949, fue coadjutor de la diócesis de Sioux City y, desde 2004 de la arquidiócesis de Galveston-Houston, con derecho de sucesión inmediata al ser elevada a la categoría de arquidiócesis metropolitana en 2005. En la Conferencia del Episcopado de Estados Unidos, el arzobispo DiNardo forma parte de los comités Pro-Vida y de Observación para el Uso del Catecismo.
Por el interés que tiene la arquidiócesis de Galveston-Houston en el concierto de la Iglesia católica en Estados Unidos y por la gran concentración de población católica de origen hispano, Zenit–El Observadorha realizado una entrevista con el prelado.
–¿Cómo ve el nuevo arzobispo de Galveston-Houston la evolución del catolicismo en el territorio que abarca su ministerio?
–Arzobispo DiNardo: Galveston es el origen del catolicismo en Texas. Cuando la diócesis se fundó en 1847, abarcaba toda la extensión de Texas. Ahora hay 15 diócesis en ese mismo territorio y la de Galveston-Houston es la más grande todas ellas, con cerca de un millón 300 mil católicos. De hecho, somos la diócesis más extensa en la región suroeste de Estados Unidos. La arquidiócesis de Galveston-Houston ha experimentado un crecimiento explosivo en los últimos veinte años, y buena parte del crecimiento proviene de México, Centro y Sudamérica así como de Asia. El catolicismo en la arquidiócesis es multiétnico y muy vibrante.
–¿Qué porcentaje de integración tiene el catolicismo hispano en su arquidiócesis?
–Arzobispo DiNardo: El número de católicos hispanos de la arquidiócesis de Galveston-Houston rebasa el 40 por ciento. Desde luego, la mayor cantidad de ellos proceden de México, pero, también, tenemos católicos de todos los países de Centroamérica, Sudamérica y del Caribe.
–¿Cuáles son las propuestas de la arquidiócesis en materia de inmigración?
–Arzobispo DiNardo: La arquidiócesis favorece una reforma integral del sistema migratorio de Estados Unidos; una reforma que favorezca la dignidad de la persona humana –sin olvidar la necesidad de proteger nuestras fronteras– así como el cuidado y el respeto de nuestros inmigrantes. Algunas propuestas legislativas recientes del Congreso nos parecen demasiado punitivas. En esto estamos de acuerdo los obispos de Galvesto-Houston, los obispos de la Conferencia de Texas y los de la Conferencia de Estados Unidos.
–¿Cómo acoge la arquidiócesis a los inmigrantes; qué medidas humanitarias han tomado al respecto?
–Arzobispo DiNardo: Tenemos un Ministerio de Asuntos Hispanos muy activo. Lidera un programa que abarca a, prácticamente, todas nuestras parroquias que ofrecen servicios y programas desde la fe a los inmigrantes hispanoparlantes. Además, seguimos auspiciando la predicación con sacerdotes bilingües, diáconos permanentes y ministros de pastoral en esta misma línea. Tenemos elementos hispanos en la mayoría de nuestros ministerios como Vida y Familia, Adolescentes, Universitarios y Educación Cristiana. Desde Cáritas ofrecemos diversos servicios a los inmigrantes así como asistencia caritativa en alimentos, ropa, techo y revisiones médicas así como orientación laboral. Todos los necesitados son bienvenidos en nuestra arquidiócesis.
–¿Qué escenario se presenta para el catolicismo en el sur de los Estados Unidos?
–Arzobispo DiNardo: Las regiones con mayor crecimiento demográfico y, por tanto, del catolicismo son el sur y el suroeste. Creo que la presencia católica en el sur de Estados Unidos continuará incrementándose en los años por venir.