Los representantes de la Iglesia católica de Río Branco, capital de la región brasiliana de Acre, en la parte noroccidental del país, han revelado a esta institución, con sede en el Vaticano, que más de 8 mil familias han perdido sus hogares, como consecuencia de las inundaciones registradas en la zona.
«Las parroquias están coordinando, junto con los responsables de la administración local, las actividades de distribución de la ayuda de emergencia, en comida y otros artículos no alimentarios, de primera necesidad», explican fuentes de Cáritas en Roma.
Por el momento, se ha facilitado alojamiento a las familias desplazadas en los colegios, las iglesias, los gimnasios y otros edificios públicos. «Algunos incluso han sido alojados en casas privadas, como huéspedes de otras familias», según informan fuentes parroquiales de Caritas Brasil.
El río Acre, en la comarca del Amazonas, ya se desbordó hace algunas semanas. Desde hace quince días, las precipitaciones no cesan. La región está atravesando ahora el período más intenso de la temporada de lluvias.
Según informaban fuentes oficiales ayer, el 10% de la población, o sea, más de 30.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares a causa de las inundaciones. La semana pasada, el alcalde de Río Branco, Raimundo Angelim, declaró el estado de emergencia, cuando las inundaciones alcanzaron algunas áreas de la ciudad, cercanas a las riberas del río.
Las diócesis locales están diseñando una estrategia para la reconstrucción de la zona y la rehabilitación de la economía, una vez que las lluvias hayan cesado.
Países vecinos, como Bolivia y Ecuador, también han declarado el estado de emergencia en las regiones más afectadas.
Caritas Internationalis es una confederación de 162 organizaciones católicas de asistencia, desarrollo y servicio social, presente en más de 200 países y territorios.
