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A mi venerable hermano
Cardenal Antonio María
ROUCO VARELA
Arzobispo de Madrid
Pronto se cumplirá el V centenario del nacimiento de san Francisco Javier, patrono celestial de Navarra y de las misiones católicas en todo el mundo. Ese ilustre misionero, conocido sobre todo en España, en la India y en Japón, habla también a los hombres de nuestro tiempo sobre la obra salvífica de nuestro Señor Jesucristo y de la índole universal del Evangelio. En efecto, este apóstol, que anunció incansablemente a Cristo y convirtió a muchos a la fe, es un modelo eximio de progreso espiritual, admirable servidor del reino de Dios y un maestro de la difusión del Evangelio en el mundo entero.
Con gran alegría recibí la noticia de que se va a celebrar un Año jubilar en Navarra, provincia de España, dedicado a recordar y proclamar a san Francisco Javier, y de que los pastores sagrados de esa región preparan numerosas iniciativas pastorales para bien de los fieles a ellos encomendados. En el mismo día del aniversario del nacimiento de san Francisco Javier, es decir, el 7 del próximo mes de abril, en la localidad de Javier, provincia de Navarra, se celebrará una santa misa en la que obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos darán solemnemente gracias a Dios todopoderoso por la obra de san Francisco Javier y elevarán humildemente oraciones para que Jesucristo, a quien ese miembro de la Compañía de Jesús anunció incansablemente, se digne ayudar y sostener a toda la Iglesia en la obra de la nueva evangelización.
Por eso, el venerable hermano Fernando Sebastián Aguilar, c.m.f., arzobispo de Pamplona y Tudela, me pidió encarecidamente que designe a un varón insigne para que presida esa celebración y pronuncie palabras de exhortación espiritual a todos los presentes. Accediendo a esa justa petición, te he escogido a ti, venerable hermano, que, como hijo eminente de España, me pareces muy digno de cumplir fructuosamente ese encargo.
Así pues, con esta carta, te nombro mi enviado extraordinario a la celebración del V centenario del nacimiento de san Francisco Javier, que tendrá lugar con gran solemnidad el día 7 de abril en la localidad de Javier, provincia de Navarra. Hablando del patrono de las misiones católicas, de su continua actividad y trabajos, exhorta a todos los participantes a cumplir los mandamientos del Señor, a amar con más fuerza e intensidad a la Iglesia y al Evangelio de Cristo, y a mostrar gran celo por la fe en la vida diaria.
Te ruego también que en mi nombre saludes a todos los allí reunidos, en particular al arzobispo de Pamplona y Tudela y a los demás pastores sagrados, a los sacerdotes, a los religiosos, a las religiosas, a los fieles laicos, y manifiestes mi estima a todos los devotos de san Francisco Javier.
Para que cumplas esta misión, venerable hermano, te acompaño con mis oraciones. Por último, de buen grado te imparto, como signo de mi benevolencia y prenda de dones celestiales, mi bendición apostólica, que te ruego transmitas a todos los participantes en la celebración.
Vaticano, 3 de marzo de 2006, año primero de mi pontificado
BENEDICTUS PP. XVI
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