El estilo analítico-racional de Benedicto XVI

Entrevista con Marco Tosatti, vaticanista de «La Stampa»

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 23 abril 2006 (ZENIT.org).- El 19 abril se cumplió el primer año de pontificado de Benedicto XVI, tres días después de su 79º cumpleaños.

Estos doce meses han transcurrido entre gestos y acciones significativas, en su estilo analítico-racional, con una especial atención a los perfiles de los candidatos al episcopado.

Para hacer un primer balance de este aniversario, Zenit ha entrevistado a Marco Tosatti, vaticanista del diario italiano «La Stampa» y autor del libro «Il dizionario di Papa Ratzinger, una guida al pontificato» –publicado por Baldini&Castoldi–.

–¿Cómo valora el primer año de pontificado de Benedicto XVI?

–Tosatti: Me parece que estos primeros doce meses Benedicto XVI los ha dedicado sobre todo a estudiar; es ya opinión ampliamente compartida que, aunque ha pasados muchos años en Roma, algunos mecanismos y funcionamientos de la Curia no le eran familiares. Esto explica por qué, contra muchas previsiones, su Curia sea todavía en una grandísima mayoría la de Juan Pablo II.

–La lucha contra la secularización, la renovación de la fe, la defensa de la vida y de la familia, la difusión del conocimiento de Cristo, los temas parecen iguales, pero el estilo de Benedicto XVI se ve muy diferente del de Juan Pablo II, ¿no cree?

–Tosatti: Los temas son absolutamente los mismos de su predecesor. Y sería muy raro que no fuera así. Joseph Ratzinger ha sido el pilar teológico de Juan Pablo II durante casi cinco lustros, y en los últimos años, según he podido saber, no hubo tema relevante, e incluso muchos nombramientos, sobre los que no fuera consultado. El estilo es profundamente diferente, y no podría ser de otra manera. El talante poético-intuitivo de Juan Pablo II no es el analítico-racional de Benedicto XVI. Dos caminos diferentes para llegar al mismo objetivo.

–De modo original e inesperado, Benedicto XVI publicó su primera encíclica sobre el tema del amor de Dios. ¿Qué piensa de ello?

–Tosatti: Pienso que es, en parte, uno de los numerosos «legados» de Juan Pablo II. En concreto, la segunda parte. Pero me parece que la primera, en la que se ve más fácilmente al Ratzinger auténtico, es muy hermosa y abre –junto a las palabras que pronunció algunos días antes de hacerla pública– un amplio panorama sobre aspectos poco conocidos de la personalidad y de la sensibilidad de Benedicto XVI. Algo muy lejano del estereotipo que de él han construido los medios en todos estos años.

–Desde hace tiempo se habla de una reforma de la Curia vaticana. Parece que Benedicto XVI está a punto de realizar una reestructuración sustancial. ¿De qué forma y con qué criterios la pondrá en marcha?

–Tosatti: ¡También a mí me gustaría saberlo! Lo único que podemos intentar adivinar, en este momento, es que el Papa Ratzinger parece más partidario de hacer los cambios poco a poco, quizá más repartiendo en el tiempo decisiones y sustituciones, que en «paquetes» de gran dimensión. Al menos, hasta ahora, lo ha hecho así; y también lo que sabemos sobre cómo administró la diócesis de Munich parece responder a este criterio. Pero ciertamente es una persona que valora, reflexiona y pondera mucho; en concreto en la elección de los hombres, que quizá es su preocupación mayor. Igualmente en cuanto a los nombramientos episcopales, estudia personalmente cada «potencia» y los encargos son pocos numerosos. Me parece que quiere estar seguro de confiar la diócesis a personas válidas, y posiblemente santas.

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ZENIT Staff

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