CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 3 julio 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha enviado un mensaje con motivo de las celebraciones en Polonia del quincuagésimo aniversario de la revuelta obrera de Poznan, primera insurrección antiestalinista en un país sometido al bloque soviético.
El 28 de junio de 1956, cien mil obreros protestaron por las calles de la ciudad contra la disminución de los salarios, después de que la burocracia rechazara toda negociación. Las manifestaciones fueron reprimidas con la sangre: 58 manifestantes fueron asesinados y 700 arrestados.
En la ceremonia conmemorativa, que tuvo lugar el 28 de junio en el Ayuntamiento de Poznan, participaron los presidentes de Polonia, Alemania, Hungría, República Checa y Eslovaquia.
Benedicto XVI, según informa «Radio Vaticano», se hizo presente en el acto con un mensaje que fue leído por monseñor Stanislaw Gadecki, arzobispo de Poznan.
En la carta, el pontífice recuerda que la protesta pacífica de la ciudad polaca «contra el terror y la mentira» del sistema estalinista se transformó «espontáneamente» en una insurrección general, cuando las fuerzas del ejército y de la policía comenzaron a disparar contra los manifestantes.
El Papa asegura que «la sangre derramada en las calles de Poznan no sólo por los obreros, sino también por las mujeres, los estudiantes y los niños, no fue en vano. Es más, sembró la libertad cuyo fruto se recogió años después, con la caída del sistema estalinista y la plena soberanía de la nación».
Benedicto XVI desea, por último, que «la memoria de los héroes de la insurrección de Poznan inspire a todos los polacos a construir» la sociedad «sobre los eternos valores cristianos, sobre la verdad y una auténtica justicia».