LOVAINA, jueves, 20 julio 2006 (ZENIT.org).- Vivir en la abundancia de carismas y ministerios de la comunidad cristiana y abrir los ojos a las muchas maneras de llamada de Dios: son claves para el desarrollo del ministerio vocacional, según se ha constatado en la cita anual del Servicio Europeo para las Vocaciones (SEV).
«Cuando la comunidad cristiana se convierte en comunidad que llama» ha sido el lema de este encuentro, celebrado en la ciudad belga de Lovaina del 29 de junio al 2 de julio.
Han participado cuantos representantes pudieron acudir de los centros nacionales de vocaciones de los episcopados de Albania, Alemania, Austria, Bélgica, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovaquia, España, Inglaterra y Gales, Francia, Irlanda, Italia, Malta, Polonia, Portugal, Suecia y Suiza.
El encuentro ha dado oportunidad a cada centro de presentar su situación, sus esperanzas y también sus preocupaciones sobre el ministerio vocacional, recoge un comunicado difundido por el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE).
Han coincidido en una problemática común: la proclamación del Evangelio en el corazón de una cultura que se ha hecho indiferente al Cristianismo.
Igualmente compartieron experiencias en su labor, como el caso de la «Casa para jóvenes» en Oporto (Portugal), que ofrece a los visitantes tiempo para profundizar en su fe cristiana y de una manera explícita en el discernimiento vocacional.
Otra experiencia se refiere a los seminaristas austriacos, que comparten su primer año de formación en un curso propedéutico que ayuda a los jóvenes de hoy a pensar en profundidad en su decisión y a enraizarla en la experiencia eclesial.
Intervino en este encuentro del SEV el padre Amedeo Cencini, religioso de los Hijos de la Caridad (canosiano), profesor en la Universidad Salesiana y del Instituto de Psicología de la Universidad Gregoriana de Roma, y desde 1995 consultor de la Congregación vaticana para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
El padre Cencini invitó a los participantes de esta cita a ir más allá de una idea de vocación centrada exclusivamente en la llamada sacerdotal y trazó un perfil global donde cada persona (él o ella) aporta a través de su vocación y todos se sientes responsables del bienestar del resto de miembros de la comunidad cristiana.
Y es que –recoge el comunicado– «sólo cuando viva a través de la abundancia de carismas y diferentes ministerios, la comunidad cristiana, en particular la parroquia, ayudará a la gente a reconocer y responder a las diferentes llamadas de Dios».
De ahí que los cristianos necesiten hacerse adultos en la fe, en otras palabras, responsables del bienestar de todos y dispuestos a dar cuentas de la esperanza que está en ellos.
Sólo una fe dinámica permitirá hacer elecciones coherentes, cita el comunicado.
Además, el ministerio de vocaciones debe también mostrar las diferentes maneras de llamada de Dios. Ello permitirá a todos dar su vida entera, frecuentemente mucho más de cuanto habrían imaginado.
Por su parte, el cardenal Godfried Danneels –arzobispo de Malinas-Bruselas— sugirió a los participantes tomar la presente crisis de vocaciones como un «tiempo de prueba», como el que soportó el Pueblo de Israel durante el exilio de Babilonia.
Se trata de una situación preocupante que debe ayudar a desplazar la confianza en uno mismo hacia la confianza en Dios. También es cuestión de mantener la esperanza viva regresando al Evangelio en toda su sencillez.
En el encuentro se ha elegido nuevo coordinador del SEV al padre Jean-Pierre Leroy, de la diócesis belga de Lieja (sucede al padre Kevin Doran, de Dublin).
Zadar (Croacia) será sede del próximo congreso del SEV del 28 de junio al 1 de julio de 2007.
Bajo el patrocinio del CCEE, el Servicio Europeo para las Vocaciones (www.vocations.eu) es una federación de servicios vocacionales nacionales de países europeos. Se estableció formalmente en Lubljana (Eslovenia) en 1999, pero tiene sus orígenes en reuniones de servicios vocacionales nacionales de Francia, Bélgica, Suiza y Alemania, iniciadas a principios de los ’90.
El CCEE (www.ccee.ch) reúne a los presidentes de las actuales 34 Conferencias Episcopales de Europa. Preside este organismo el obispo de Chur (Suiza), monseñor Amédée Grab.