SAN ANTONIO, miércoles, 6 septiembre 2006 (ZENIT.org–El Observador).- En un artículo publicado esta semana por «El Observador» y por el «Today’s Catholic», órgano de la arquidiócesis de San Antonio, Texas, el arzobispo José H. Gómez, realizó un análisis detallado del «voto católico» y su implicación para la construcción del bien común.
En el artículo señala que «para nosotros los católicos, el ‘voto católico’ no reviste ningún misterio: consiste en que el católico participe de la vida democrática de manera plena; sin dejar su identidad católica fuera de la casilla de votación».
Esta participación en la vida democrática, especialmente mediante el voto, pero también mediante los diversos canales de expresión que nuestro sistema permite, es una responsabilidad de todo católico, continúa diciendo el prelado estadounidense.
Más adelante se pregunta por qué es una responsabilidad de todo católico participar en la vida pública. Y responde: «Porque, como creyentes, consideramos que tanto la construcción de una sociedad justa es necesaria, así como el destino sobrenatural de la persona humana. Esta convicción nos impulsa naturalmente a la construcción del bien común».
Al revisar tanto el Compendio del Catecismo como el recientemente editado Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, monseñor Gómez, uno de los 30 hispanos más influyentes en Estados Unidos, según calificación de revistas especializadas en el tema, dedujo tres lineamientos:
«Primero, el bien común se construye no sólo en el ámbito público; se construye ante todo en el “micro ambiente” de nuestra vida cotidiana: la propia familia y la comunidad».
Segundo, estamos llamados a respetar y hacer respetar la ley y el bien moral en los ambientes donde actuamos laboralmente. No es necesario ser un gran empresario, un político o una «persona influyente» para respetar la ley y contribuir al mejoramiento de la vida social.
Tercero, el católico debe procurar participar, según el máximo de sus posibilidades, en el proceso de elección de sus autoridades. «Un católico responsable, es un ciudadano que vota… y que vota en conciencia, iluminado por lo que el recordado Papa Juan Pablo II describió como las “dos alas” con las que vuela el pensamiento humano: la fe y la razón».
«Al momento de votar –recordó el purpurado estadounidense– los católicos debemos guiarnos por estas dos alas del pensamiento, y sobre todo recordar el mensaje de respeto a la vida: que todos los hombres gozan de igual dignidad y derechos fundamentales, desde su concepción hasta su fin natural».
Monseñor Gómez, quien está al frente de una de las arquidiócesis con mayor porcentaje de católicos de Estados Unidos, reconoció en su artículo que «la conciencia de la inalienable dignidad de todo ser humano, debe movernos también a actuar políticamente de tal forma que ayudemos a desterrar las desigualdades económicas y sociales inicuas, que afectan a miles de hermanos y hermanas nuestras, que viven en condiciones de total contraste con el Evangelio».
De cara a las próximas elecciones legislativas de noviembre en Estados Unidos, y al duro proceso postelectoral que está viviendo México, su país de nacimiento, monseñor José H. Gómez concluyó diciendo que «estas diferencias no sólo nos alientan sino que nos obligan a vivir como miembros activos de nuestra sociedad, impulsando en cada ambiente, incluyendo nuestra participación política, el respeto absoluto por la vida y la dignidad de todo ser humano».