MÉXICO, miércoles, 6 septiembre 2006 (ZENIT.org-El Observador).- En un comunicado inserto en periódicos de circulación nacional, la Conferencia del Episcopado Mexicano se sumó este miércoles al fallo del día precedente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que proclamó presidente electo de México a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.

«Con este fallo judicial --dicen los obispos mexicanos-- el proceso electoral ha concluido, y confiamos que termine toda confrontación», en referencia al ex candidato de la izquierda, Andrés López Obrador, quien este martes anunció que desconocía el acuerdo legal y que seguiría su lucha para impedir que Calderón Hinojosa asumiera el cargo el 1 de diciembre de 2006.

La carta abierta de los obispos mexicanos insiste en que «es la hora de tender los puentes del diálogo, del entendimiento y de los acuerdos imprescindibles para hacer posible la gobernabilidad que nos permita construir un México más justo en el que se abatan las desigualdades sociales, generadoras del lamentable fenómeno de nuestra pobreza».

El comunicado, firmado por presidente y secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano, monseñor José Guadalupe Martín Rábago y monseñor Carlos Aguiar Retes, así como por los cardenales Norberto Rivera Carrera y Juan Sandoval Íñiguez, pide a la nueva administración «atender el flagelo de la inseguridad y del crimen organizado, una adecuada educación a nuestros niños y jóvenes, una vida digna a las personas más vulnerables y combatir la impunidad, el narcotráfico y la corrupción que tanto han dañado nuestras instituciones».

Los obispos --concluye el comunicado-- «recordamos al pueblo de México que la paz es un don de Dios, pero también tenemos la responsabilidad de construirla sobre la base de la justicia y el respeto a la dignidad inalienable de las personas».

Por su interés publicamos el texto completo:

México, D.F., 5 de septiembre de 2006

COMUNICADO SOBRE EL FALLO DEFINITIVO DEL TEPJF


Los Obispos de México nos sumamos a los ciudadanos e instituciones que respaldan la actuación y el fallo que ha dado el Tribunal Electoral, y por tanto reconocemos la legalidad del nuevo Presidente Electo, al que le deseamos éxito en su administración en beneficio de todos los mexicanos.

Con este fallo judicial, el proceso electoral ha concluido, y confiamos que termine toda confrontación. Es hora de tender los puentes del diálogo, del entendimiento y de los acuerdos imprescindibles para hacer posible la gobernabilidad que nos permita construir un México más justo en el que se abatan las desigualdades sociales, generadoras del lamentable fenómeno de nuestra pobreza.

Será responsabilidad de la nueva administración atender el flagelo de la inseguridad y del crimen organizado, brindar una adecuada educación a nuestros niños y jóvenes, una vida digna a las personas más vulnerables y combatir la impunidad, el narcotráfico y la corrupción que tanto han dañado a nuestras instituciones.

La pasada elección nos debe hacer conscientes del deber que tenemos de aceptar la pluralidad del México de hoy, sin poner en riesgo la unidad entre los mexicanos. Evitemos acciones que propicien odio, violencia, división y promovamos las que enfaticen reconciliación, inclusión, respeto por el adversario y por quienes ejercen una oposición crítica, responsable y constructiva.

Los Obispos recordamos al pueblo de México que la paz es un don de Dios, pero también tenemos la responsabilidad de construirla sobre las bases de la justicia y del respeto a la dignidad inalienable de las personas. El nuevo gobierno enfrentará retos descomunales a los que no podrá responder solo, necesita de la colaboración generosa y fraterna de todos los mexicanos, de todos los partidos políticos, de todos los actores sociales, haciendo a un lado intereses personales y de grupo para contribuir a esta gran tarea.

Exhortamos a toda la ciudadanía a colaborar responsablemente con el próximo gobierno a fin de alcanzar el bien común de los mexicanos. Que Cristo Rey extienda su reino de amor y justicia sobre nuestra patria, y que María Santísima de Guadalupe conserve la paz y la unidad de nuestro país.

Por los obispos de México,

+ Norberto Rivera Carrera
Arzobispo Primado de México

+ Juan Sandoval Iñiguez
Arzobispo de Guadalajara

+ José Guadalupe Martín Rábago
Obispo de León
Presidente de la CEM

+ Carlos Aguiar Retes
Obispo de Texcoco
Secretario General de la CEM