«Las actitudes sectarias en la vida socio-política de un país son nefastas. Separan, dividen, desencuentran», advirtió el purpurado porteño al clausurar la IX Jornada de Pastoral Social que reunió a más de 200 dirigentes sociales en el colegio San Cayetano, del barrio de Liniers, con el lema «La Nación que nos debemos: un hogar para todos».
El Primado recordó que «el encuentro supone projimidad, acercarme al otro no alejar. No tomarlo como una distancia que favorezca la opinión que le voy a dar en el momento oportuno, sino la cercanía que, más bien favorezca el apoyo, el abrazo. Y esto en la convicción de que cada persona tiene algo positivo para darme y para dar. Lo que tengo de positivo también es para compartirlo».
El Primado también reclamó «humildad» para trabajar por el bien común y recordó que la grandeza radica en «ser uno más en el pueblo».
«Sin humildad no hay grandeza, aunque ocupemos algún cargo importante o nos la creamos. Si uno no se siente uno más, no es grande, sino un pigmeo», sentenció el cardenal Bergoglio.
El Arzobispo cuestionó que en la sociedad, incluida la Iglesia, prime la «dialéctica de revivir una etapa fundacional, que oculta miedo, mezquindad y soberbia», y no la idea de continuar un proceso histórico.
Tras sostener que «hay demasiados fundadores y pocos trabajadores», el cardenal Bergoglio recordó que «todos necesitamos de todos, porque mientras no nos convenzamos de esto no habrá cultura del diálogo».