El cardenal Cormac Murphy-O’Connor tuvo oportunidad de reflexionar en la situación de los jóvenes en tal entorno social durante la conferencia que pronunció, a finales de agosto, en su visita a las tres mayores diócesis australianas: Sydney, Melbourne y Brisbane.
«Tiempo de crisis» y «temporada alta» para todo tipo de futurologías donde «todo es posible, pero nada es cierto»: es así como se está viendo el nuevo milenio, bosquejó el purpurado –arzobispo de Westminster-.
«En la era post-moderna casi todo se revuelve y los perfiles -en un tiempo claros- de la sociedad se han confundido»; «nuestro mundo contemporáneos cada vez está más dominado por la elección, la preferencia personal y la inmediatez», un contexto en el que hasta la religión «se hace “a la carta”», constató.
Es un marco –siguiendo al cardenal Murphy O’Connor- en el que «la verdad ya no se recibe, no necesita ser probada objetivamente porque no existe nada objetivo».
El purpurado se interrogó por la situación de los jóvenes en este mundo post-moderno en el que, con todo, para muchos jóvenes occidentales la vida puede ser bastante buena. Pero «la imagen y las perspectivas no son uniformemente positivas para la juventud», alertó.
Y es que existe una «creciente brecha entre ricos y pobres», y la tendencia a una «aspiración generalizada por más y mejor», siendo ésta «atizada» por la cultura publicitaria -«orientada deliberadamente hacia los consumidores más jóvenes»- que el purpurado sintetizó en la frase: «lo puedes tener si lo quieres».
En conjunto son elementos que conducen a la «individualización de la sociedad», y la «mayor amenaza que brota del individualismo es que, en última instancia, amenaza la cohesión social, la familia y la comunidad», apuntó.
Un aspecto de extrema importancia pues -recalcó- «nuestro sentido de comunión, de comunidad, es la parte fundamental de nuestro ser humano», pues «ser humano significa estar en relación», mientras que la «concentración de individuos en la sociedad contemporánea ha traído en su estela más aislamiento personal y soledad».
Haciendo una lectura de la actualidad, el purpurado percibe que hay «muchos jóvenes que son parte de una comunidad que está en búsqueda, y que esa búsqueda es un desafío para toda la Iglesia para acompañarles» en su camino.
En particular, los jóvenes, emprenden tal itinerario en tres frentes: «en primer lugar, están buscando a Dios, pero no siempre saben adónde ir», reconoció el cardenal Murphy O’Connor.
«En segundo lugar están buscando pertenecer, buscan Comunidad», insistió.
En tercer lugar -siguió- «buscan lo Pobre, y cómo podemos llegar a aquellos en mayor necesidad».
En la sociedad post-moderna –como apuntaba al inicio el purpurado- existe desolación en «muchas personas», pero ello es «el comienzo de nuestra búsqueda de Dios».
«Sospecho que nuestra sociedad post-moderna nos está conduciendo de regreso a Dios», concluyó.