SYDNEY, viernes, 8 septiembre 2006 (ZENIT.org).- La Jornada Mundial de la Juventud de 2008 (JMJ), que acogerá la ciudad australiana de Sydney, será una experiencia eclesial única, según ya perciben jóvenes de Oceanía, y representará una ocasión para renovar la vida de la Iglesia en la región.
Consciente de esta realidad, el obispo coordinador de esta JMJ, monseñor Anthony Fisher, confirmó la atención que están prestando los prelados del Pacífico para facilitar y fomentar la participación de cuantos peregrinos lo deseen.
¿Por qué hay un chaval de Nueva Guinea «fuera de la Catedral vendiendo helados después de cada Misa? –escribió el prelado una semana atrás en la web oficial de la JMJ-. Está ahorrando centavos semana a semana por su sueño de acudir a la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney en 2008».
«Así se relató a obispos de Australia, Nueva Zelanda, Islas Salomón, Papúa Nueva Guinea y más de una docena de naciones de Islas del Pacífico -relató- en la reciente Asamblea de la Federación de las Conferencias Episcopales de Oceanía, celebrada en Fiyi, del 7 al 11 de agosto».
A pesar de la apretada agenda, la próxima JMJ ocupó la atención, en muchas ocasiones, de esta reciente asamblea episcopal.
Y es que hay lugares que nunca habían registrado peregrinos a este encuentro mundial de fe y fiesta con el Papa, como es el caso de Islas Carolinas, Islas Cook, Fiyi, Guam, Kiribati, Islas Marshall, Islas Marianas, Nauru, Isla Norfolk, Islas Salomón, Tonga, Tuvalu o Vanuatu.
Todos los anteriores ya han anunciado su intención de enviar un gran grupo de jóvenes, en lo posible, a Sydney en 2008, apunta el obispo Fisher.
Y en puntos de donde sólo habían acudido un puñado de peregrinos en ediciones precedentes, se están planificando representaciones mucho mayores, por ejemplo, de Samoa Americana, Polinesia francesa incluyendo Tahití, Nueva Caledonia, Palaos, Samoa y Wallis y Futuna.
Raramente Papúa Nueva Guinea había tenido más de una decena de peregrinos en las JMJ; ahora planea enviar al menos un millar a Sydney. Por su parte en Nueva Zelanda, de donde habitualmente acuden un centenar, se tiene en perspectiva el viaje de diez mil jóvenes.
Los muchos aspectos de un encuentro de estas dimensiones fueron tratados por los obispos del Pacífico, entre ellos los lugares y momentos del itinerario de la Cruz de la Jornada y del Icono Mariano por Oceanía, después de su llegada el próximo febrero.
Los prelados también se han preocupado de cómo apoyar a las zonas más pobres de Oceanía, para que de ellas puedan asistir cifras significativas de jóvenes peregrinos a Sydney.
La forma más adecuada para preparar a los jóvenes a través de la evangelización, la catequesis y la oración, el establecimiento de comités locales de JMJ en todo el Pacífico, y la participación específica del Pacífico con aborígenes australianos en ceremonias de bienvenida y en intercambio cultural se contaron entre otros temas tratados.
Para empezar, ya es posible –y se alienta a hacerlo- unirse a una «e-Peregrinación» a través de la web oficial www.wyd2008.org, una página que ya ha registrado más de cinco millones de visitas.
«Para Oceanía, como para Australia y para Sydney, la Jornada Mundial de la Juventud 2008 es una oportunidad única en la vida para volver a conectar a los jóvenes con nuestra Iglesia y para renovar cada aspecto de la vida eclesial en nuestra región», concluye el obispo Fisher.
«Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos» (Hechos 1,8) es el lema en torno al que se celebrará la JMJ en Sydney.
En Oceanía vive el 0,8% de los 1.098 millones de católicos de todo el mundo.
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Sep 08, 2006 00:00