Es la localidad, a unos 30 kilómetros de Roma, en cuya residencia pontificia ha pasado el período veraniego.
«Hoy es el último domingo de mi estancia estival en Castel Gandolfo. Al obispo de Albano, al alcalde, al párroco y a todos vosotros, queridos residentes de esta bella ciudad, renuevo mi saludo afectuoso con un cordial “¡hasta la vista!”», dijo el Papa, entre grandes aplausos de la multitud congregada en el patio del Palacio Apostólico.
Ya la víspera, en la misma residencia, recibió el Papa en audiencia al prelado –monseñor Marcello Semeraro- y al párroco local, a las comunidades religiosas masculinas y femeninas, al alcalde y miembros de la Asamblea y del Consejo municipal, y a los funcionarios y agentes de seguridad que, en colaboración con la Gendarmería Vaticana y la Guardia Suiza, han prestado servicio durante su permanencia en Castel Gandolfo.
A punto de «concluir mi estancia» en Castel Gandolfo, «antes de regresar al Vaticano deseo dar las gracias cordialmente a cuantos, de distintas maneras, han contribuido a hacer mi permanencia provechosa y serena», dijo el Papa a todos los presentes, más de un centenar.
En su despedida, Benedicto XVI aseguró a las comunidades religiosas y laicales locales: «En estos meses he sentido su cercanía espiritual y les doy las gracias de corazón, deseando a todos que correspondan con renovada generosidad a la llamada de Dios, empleando las propias energías al servicio del Evangelio».
Subrayó además la «bien conocida» «cortesía y hospitalidad» de los residentes de Castel Gandolfo hacia su persona y «hacia los numerosos peregrinos y visitantes que vienen a visitar al Papa, especialmente por la cita dominical del Ángelus».
«A todos y cada uno doy las gracias más sinceras, que confirmo con la seguridad de un constante recuerdo en la oración por cada uno de vosotros, queridos amigos, por vuestros familiares y seres queridos», les dijo en la audiencia, cuyo contenido difundió el sábado la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Y sobre cada uno invocó la protección maternal de la Virgen María, para impartir finalmente su Bendición Apostólica.
Después de estos dos meses, Benedicto XVI se trasladará a inicios de semana al Vaticano donde proseguirá su actividad. El próximo miércoles celebrará su tradicional audiencia con los peregrinos en la Plaza de San Pedro.