MADRID, miércoles, 11 octubre 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención que pronunció en la mañana de este miércoles el padre Federico Lombardi S.I. -director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, de la Radio y del Centro Televisivo Vaticano- en el Congreso Mundial de Televisiones Católicas que se celebra en Madrid (España).
Organizado por el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, con la colaboración de la archidiócesis de Madrid, han acudido a la convocatoria cerca de trescientos participantes de medio centenar de países de los cinco continentes.
Más información y seguimiento on-line clic en http://www.congresomundialtv.com.
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El servicio del Centro Televisivo Vaticano
Orígenes y funciones del CTV
El Centro Televisivo Vaticano nace en 1983 por decisión del Santo Padre Juan Pablo II. La Santa Sede ya contaba desde hacía tiempo con un periódico propio: L’Osservatore Romano, y con una radio de difusión internacional: la Radio Vaticana. Sin embargo, nunca antes había tenido su propio medio de comunicación televisiva.
Hasta entonces, contaba con la radiotelevisión italiana (RAI) que, con gran dedicación y eficacia, había cubierto los principales eventos eclesiásticos acaecidos en las primeras décadas de existencia del servicio televisivo público: eventos del Concilio, cónclaves, viajes de Pablo VI (RAI fue la cadena que cubrió la mayor parte del viaje realizado a Tierra Santa), sin olvidar las celebraciones y los mensajes de Navidad y Semana Santa, por mencionar sólo unos cuantos.
Sin embargo, el desarrollo de la televisión como medio de comunicación no sólo se ceñía a los grandes eventos públicos, sino que también documentaba los grandes encuentros y audiencias; y hacía llegar, al público interesado, aquellos eventos que no tenían la resonancia suficiente como para que la televisión nacional los considerara de interés nacional. Por este motivo, comienza a ser evidente la necesidad de que el Vaticano tuviese la capacidad individual de captar imágenes televisivas en aras a documentar y a hacer públicas las imágenes de las actividades papales o los eventos vaticanos que se estimasen interesantes. Gracias al dinamismo del Pontificado de Juan Pablo II se agilizó la decisión de poner en marcha el proyecto.
A pesar de lo mencionado hasta ahora, el Vaticano ha mantenido siempre una postura prudente a la hora de invertir recursos en una iniciativa televisiva y, por dicho motivo, el CTV ha crecido paulatina y lentamente, limitándose hasta el momento a ser una realidad de pequeñas dimensiones. Actualmente, el CTV cuenta con un total de veinte personas (entre los que se incluyen técnicos, secretaría y administración).
Por otra parte, siempre se ha tenido clara la idea de que el CTV no debía constituir una televisión emisora, es decir, una televisión que difundiese programación propia de forma regular durante un amplio espacio diario, sino que debía mantenerse como un “centro de producción” televisiva, capaz de captar y proporcionar imágenes del Santo Padre y del Vaticano, y que pudiera suministrarlas a las televisiones interesadas, ya fuesen públicas o privadas, católicas o laicas. El hecho de que el CTV sea esencialmente un centro de producción de imágenes, y no una televisión emisora, se traduce en que su actividad redactora o informativa sea mínima y, en consecuencia, no requiera personal periodístico multilingüe. Dicho factor explica que el personal con el que cuenta sea tan reducido.
El CTV tiene su sede en la Ciudad del Vaticano, muy próximo a la sede del L’Osservatore Romano. A nivel técnico, cuenta con instrumentos de buena calidad y es capaz de realizar tomas en directo, valiéndose de hasta trece cámaras simultáneamente. Cuenta, a su vez, con algunos bancos de montaje para la producción de noticiarios y documentales, y con una master control room (“centro de control”), desde el que se pueden difundir las retransmisiones en directo a través de diversas vías: fibra óptica, canales vía satélite y radios puente que conectan con otros entes televisivos, nacionales e internacionales, presentes en Roma.
De forma sucinta, la actividad del CTV podría definirse del modo siguiente:
1. Captación de imágenes y retrasmisión en directo de eventos vaticanos:
Ángelus dominical, audiencias generales de los miércoles, celebraciones papales de especial relevancia (canonizaciones, misas y otras celebraciones litúrgicas, grandes audiencias especiales, etc.), así como otros eventos vaticanos representativos. En total estamos hablando de unas 180 retrasmisiones anuales (incluidos los viajes del Papa) de las cuales, unas diez de las más importantes se realizan en coproducción con la radiotelevisión italiana (RAI).
2. Toma de imágenes de los eventos vaticanos y puesta a disposición de las mismas: Audiencias y actividades del Papa (todos los encuentros con personalidades eclesiásticas o políticas importantes, grupos de obispos, personalidades ecuménicas, etc.); actividades importantes de ministerios y otras instituciones vaticanas (congresos, conferencias, eventos culturales); obras y restauraciones importantes realizadas en el Vaticano etc.
3. Archivo y conservación de todas las imágenes capturadas y puesta a disposición de dichas imágenes en caso de solicitud. El archivo del CTV cuenta con 15.000 cintas de video y es, sin duda alguna, el mayor archivo televisivo del Vaticano. Hay que precisar que es obvio que a partir de 1983, año en que nace el CTV, la documentación es considerablemente más amplia si se compara con el periodo previo a su creación y, por dicho motivo, se están intentando recuperar gradualmente las imágenes disponibles en otros archivos; aunque, todo sea dicho, las imágenes previas a 1983 son ciertamente escasas.
4. Producción de documentales con temática vaticana. Dados los limitados recursos, la producción es bastante escasa. En cualquier caso, se han realizado diversos documentales sobre los Papas, el Vaticano, las basílicas romanas, el Ecumenismo, etc.
5. Producción de un programa semanal de actualidad vaticana y eclesiástica: “Octava Dies”, de veinticinco minutos de duración, en lengua italiana e inglesa, destinado principalmente a las televisiones católicas.
6. Difusión, destinada a las televisiones católicas, de las retransmisiones televisadas de eventos que tengan lugar durante los viajes internacionales del Papa, realizados por las televisiones locales y recibidas a través de la EBU/UER.
El CTV ha de prestar sus servicios a todas las instituciones televisivas, sin distinción alguna. Por ello, entre sus clientes se encuentran las grandes agencias de televisión y las televisiones tanto nacionales como privadas de cualquier parte del mundo, a las que suministrará las imágenes necesarias en aras a proporcionar una amplia difusión de información relativa a la Iglesia Católica y a las actividades del Papa. El momento de mayor magnitud del servicio tuvo lugar con motivo del fallecimiento de Juan Pablo II y la sucesiva elección de Benedicto XVI, periodo en el cual las imágenes tomadas por el CTV llegaron a todos los rincones del planeta, y cuyo servicio ha cosechado el amplio reconocimiento del mundo televisivo internacional.
El CVT es consciente de que uno de sus principales cometidos es servir a las televisiones católicas. En su estatuto puede leerse: “Se solicita al CTV un especial interés en colaborar con las conferencias episcopales y las emisoras católicas” (1.3). Por otra parte, en los últimos años el servicio prestado por el CTV a las televisiones católicas ha ido creciendo, y durante este periodo se han estrechado los lazos entre el CTV y gran número de televisiones católicas de distintos paíse
s. No obstante, la cifra de televisiones de dicha índole está creciendo de forma exponencial, su dispersión geográfica es muy amplia y, en este momento, no se dispone de información organizada sobre las mismas. Por ello, al CTV no siempre le resulta fácil establecer contactos con dichas televisiones para hacerles llegar su función y, eventualmente, sus servicios. Por ello, para nosotros es extremadamente importante la participación en este congreso, con el fin de recopilar información y comprender mejor la realidad y las exigencias de las televisiones católicas, a fin de hacerles conocer el servicio del CTV y de estudiar el modo de mejorar y facilitar el acceso de las mismas a los servicios del CTV.
A continuación me dispongo a explicar brevemente la situación actual del CTC en relación con las emisoras católicas, de modo que cada uno de ustedes pueda conocer sus servicios y beneficiarse de ellos, ya sea a corto o largo plazo. Además, podrían darnos los consejos o propuestas que estimen oportunos, de modo que el CTV pueda estudiar la forma más adecuada de responder a sus exigencias.
1. ¿Cómo pueden recibir las televisiones católicas la señal de las retrasmisiones en directo de las celebraciones papales realizadas por CTV y de los eventos de los viajes papales?
A. A través del canal vía satélite Telepace
En la actualidad, todas las retransmisiones en directo realizadas por el CTV están disponibles a través del canal via satélite Telepace, que cubre todo el territorio europeo (incluyendo Rusia y Siberia occidental) y el área mediterránea de Oriente próximo a través del satélite Eutelsat Hotbird 3. Además, gracias al satélite Intelsat Americas 5, cubre también la América septentrional.
Asimismo, Octava Dies, el programa semanal de media hora de duración, está disponible en este mismo canal, aunque sólo en la edición italiana.
En dicho canal pueden encontrarse también, y para uso exclusivo de las televisiones católicas, las retransmisiones televisivas de los eventos de los viajes papales tanto en Italia como fuera de ella, que se encuentran disponibles a través de EBU/UER.
Todas las televisiones católicas que se encuentren en las zonas cubiertas por el canal Telepace podrán solicitar al CTV una autorización para recibir y utilizar dichas imágenes.
Para ello, será necesario enviar al CTV una solicitud en la que se explique claramente:
– La información esencial relativa a la televisión que realiza la solicitud: nombre exacto, dirección, tipo de actividad desempeñada y áreas cubiertas.
– A qué título se define la cadena de televisión como católica: comunicado de la conferencia episcopal, diócesis, o congregación, asociación o institución religiosa o eclesiástica. Presentar una carta o documento que demuestre dicho lazo entre la televisión y la Iglesia.
– ¿Qué uso se pretende hacer de las imágenes? Retransmisión integral de alguno o todos los directos; retransmisión integral o parcial del programa Octava Dies; uso de las imágenes seleccionadas con el objetivo de realizar servicios o programas etc…
Basándose en las posibilidades de la televisión que requiera el servicio del CTV, y en función de las imágenes para las que se está solicitando la autorización, el CTV concederá la autorización correspondiente. Éste podrá solicitar una contribución económica (a cargo de la televisión solicitante) y propone la firma de un acuerdo entre la cadena de televisión y el CTV, que se comprometerá a enviar regularmente las informaciones necesarias relativas a las retransmisiones del CTV que estén disponibles en Telepace; por otra parte, se comprometerá también a enviar, a través del correo electrónico y siempre que se solicitase, el texto íntegro (en italiano, inglés o español) de los servicios del programa Octava Dies.
Les comunico que el contacto directo entre el CTV y cada una de las televisiones católicas tiene la gran ventaja de ofrecerles no sólo las imágenes sino también la información relativa a las retrasmisiones y el texto de Octava Dies.
Además, en caso de que se otorgue la autorización y se llegue a un acuerdo, el CTV, en colaboración con la Radio Vaticana, se comprometerá a enviar a través del correo electrónico el reportaje televisivo y los textos de los discursos del Santo Padre, en cuanto estén disponibles y siempre bajo total confidencialidad hasta que sean pronunciados. Así mismo, se prohibirá su publicación, incluso tras la pronunciación de los mismos por parte del Papa, puesto que pueden producirse variaciones y porque los derechos intelectuales no pertenecen ni al CTV ni al RV.
B. Mediante el canal vía satélite gestionado por el CTV a través de Eutelsat Atlantic Bird 1 (AB1).
Todos los domingos se retransmite en directo el Ángelus del Papa y, justo después del mismo, se retransmite el programa Octava Dies (edición italiana); cada miércoles, se retransmite en diferido la audiencia general del Papa en un canal del Satellite AB1, que abarca algunas regiones importantes de la América septentrional (la costa atlántica) y de América latina (las regiones más pobladas de Brasil, Argentina y Chile).
En cuanto al canal Telepace, las transmisiones a través de AB1 cuentan con tres ventajas: permiten llegar a una parte importante de América latina, son de mejor calidad y no llevan el logotipo del canal Telepace sino sólo el logotipo del CTV.
El CTV retransmite con regularidad los Ángelus, el Octava Dies, las audiencias generales y las “mundovisiones” de Navidad y Semana Santa, y autoriza la retransmisión o la utilización de los mismos sin previo requerimiento de una contribución económica específica. Sin embargo, dado el elevado coste del espacio satelital, el CTV se ve obligado a requerir dicha contribución cuando las televisiones católicas soliciten otro tipo de celebraciones vaticanas, como canonizaciones, otras misas, audiencias especiales del Papa, celebraciones durante los viajes del Papa en el extranjero, etc. Si se realizase una solicitud específica, el CTV alquilaría el especio satelital y comunicaría a las televisiones interesadas las coordenadas y frecuencias de las transmisiones adicionales, que se facturarían después.
C. Mediante EWTN y sus canales satelitales.
Los dos canales satelitales arriba mencionados, utilizados con regularidad por el CTV, no llegan a muchos rincones del planeta como Asia, África y una parte considerable de la América meridional y central. No obstante, la red católica estadounidense EWTN cubre muchas de estas zonas. Hace ya tiempo que el CTV y la EWTN desarrollaron una cooperación óptima. Éste último emite la mayor parte de las retransmisiones en directo del CTV y la versión inglesa de Octava Dies.
Son muchos casos en los que la EWTN y el CTV han autorizado a las televisiones, católicas y no católicas, a captar las imágenes de dichos programas y difundirlas.
2. ¿Es posible disponer de acompañamiento en distintos idiomas a las retransmisiones en directo del CTV?
El CTV no cuenta con personal ni estructuras que permitan realizar un acompañamiento propio en distintos idiomas para las retransmisiones en directo.
No obstante, la Radio Vaticana realiza con regularidad el acompañamiento de las principales celebraciones papales en seis idiomas: inglés, francés, español, alemán, portugués (brasileño) e italiano. Dicho acompañamiento puede recibirse (junto con la retransmisión televisiva) a través de la línea ISDN o a través del teléfono.
Hay que recalcar que dichos acompañamientos no se realizarán para el Ángelus ni para las audiencias generales. Además, habrá que solicitar los mismos específicamente a la Radio Vaticana (relint@vatiradio.va) que indicará el número de teléfono al que habrá que llamar y el coste de la llamada que, naturalment
e, correrá a cargo de quien la realice.
Normalmente, la EWTN suele asociar a las transmisiones en directo desde el Vaticano los acompañamientos de la Radio Vaticana en inglés, español, francés y alemán, en función de las zonas de cobertura.
Si una televisión tiene que realizar su propio acompañamiento a las imágenes recibidas por el CTV, podrá solicitar, como se ha mencionado con anterioridad, la recepción regular de los textos de los discursos papales, bajo estricta confidencialidad y siempre y cuando estén disponibles. Dicho servicio suele realizarlo la Radio Vaticana (servicio de documentación).
Con motivo de las llamadas “mundovisiones”, organizadas por el Consejo Pontificio de las Comunicaciones sociales para Navidad y Semana Santa, existe también un servicio de acompañamientos específicos (en inglés, francés, español y portugués) y de informaciones y documentos escritos para la preparación de los acompañamientos in situ, disponibles en www.pccs.it/mondovisioni.
3. ¿Se puede disponer de los documentos producidos por el CTV? Y, en tal caso, ¿de cuáles?
En los últimos años, el CTV ha producido una serie de documentales sobre el Santo Padre Juan Pablo II titulada: “Año tras año”. Se trata de documentales individuales de unos veinte minutos de duración que suponen una presentación global del Pontificado, en orden cronológico, de gran riqueza y que se han ido recuperando individualmente y están disponibles en diversas lenguas.
El CTV tiene la intención de continuar la serie con Benedicto XVI.
También hay documentales que presentan de forma global la figura de Juan Pablo II.
Un documental trata el periodo de transición, desde la muerte de Juan Pablo II hasta la toma de posesión de Benedicto XVI.
Además existe un documental que presenta la totalidad de la realidad vaticana y otro que presenta las cuatro basílicas de Roma.
Otro de los documentales está realizado por el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos, y presenta los cuarenta años de ecumenismo, desde el Concilio hasta el final del Pontificado de Juan Pablo II. Las lenguas en las que se encuentra disponible son ocho, incluyendo el ruso.
Dado que el CTV ha confiado la distribución de sus documentales en el exterior a una empresa de distribución italiana de Milán, habrá que dirigirse a la misma (HDH Communications, e-mail: hdh@iol.it). Y ya que HDH trabaja positivamente con el CTV, tiene muy presentes las indicaciones del CTV acerca de las posibilidades económicas de las televisiones católicas. Se puede solicitar el catálogo de los documentales a través de un correo electrónico enviado a la siguiente dirección: hdh@iol.it.
4. ¿Están disponibles las imágenes de archivo de cara a la producción de nuevos programas?
Como ya se ha mencionado, el CTV cuenta con un amplio archivo de las actividades del Papa y del Vaticano desde 1983, pero la documentación no está del todo completa.
No existe ningún catálogo de consulta on-line aunque en la documentación posterior a 1983 existen imágenes sobre casi todas las actividades importantes realizadas por el Papa.
Las televisiones católicas que necesiten materiales deberán realizar una solicitud escrita (por e-mail o fax), lo más precisa y detallada posible.
Es imprescindible:
– Explicar las imágenes que se precisan: una lista detallada sobre los acontecimientos (incluyendo la fecha si es posible), los lugares, edificios u otras realidades vaticanas (la guardia suiza, la basílica de San Pedro, los jardines vaticanos y otros muchos).
– Precisar la cantidad de minutos que se solicitan (brevedad, a ser posible).
– Indicar el formato en el que se desea el documental: (Betacam SP, Betacam Digital, DVD; Sistema Pal o NTSC). Si se acepta el formato en DVD, se facilita y se acelera el proceso de duplicación a los archivistas, ya que con formatos como Betacam se demoran las entregas.
– Especificar el uso que se pretende hacer de las imágenes y derechos que se solicitan (programa de televisión para la propia cadena o programa de televisión que pretende distribuir o vender a otras cadenas, producciones de videos o DVD), así como las lenguas y áreas de distribución del programa o del DVD, si su uso será puramente pastoral o también comercial, y el periodo para el que se solicitan los derechos sobre el uso de las imágenes.
Hay que tener en cuenta que las imágenes del archivo del CTV son un bien preciado tutelado y no es conveniente difundirlo en exceso, por lo que es importante solicitar sólo aquel material que sea necesario y hacer un buen uso del mismo.
Por otra parte, no hay que olvidar que el CTV cuenta con un personal ciertamente limitado y, por lo tanto, es difícil responder con rapidez a todas las peticiones. Por ello, a la hora de solicitar a los archivistas la búsqueda de imágenes, rogamos se acompañen de las indicaciones precisas relacionadas son el material que se solicita.
5. ¿Es necesario pagar los servicios del CTV? ¿Cuánto se debe pagar y por qué?
El CTV no desarrolla una actividad comercial sino un servicio al ministerio del Papa para la Iglesia y para la Humanidad. No se debe hacer uso de las imágenes del Papa en beneficio económico propio.
Al mismo tiempo, hay que resaltar que la Santa Sede no dispone del extenso capital que muchos creen. Tiene serias preocupaciones económicas y, en su balance económico, las actividades de Comunicación social (Osservatore Romano, Radio Vaticana, CTV, página Web) son una fuente de gastos considerable que apenas genera ingresos. Además, el CTV se encuentra en números rojos (costes del personal, el equipo…)
Las instancias vaticanas superiores nos solicitan que obtengamos compensaciones por los servicios que prestamos, algo que nos ayudará en el desarrollo de ulteriores servicios e incitará a las instancias superiores a permitir un crecimiento del CTV, algo ciertamente necesario.
Obviamente, el CTV sabe que puede requerir mayores compensaciones (si bien siempre serían inferiores a los precios normales del mercado televisivo) a las grandes instituciones televisivas públicas, a las grandes agencias, a las televisiones comerciales, etc. Sin embargo, la CTV considera justo que las televisiones católicas también aporten su contribución, a cambio de los servicios que reciben, con el fin de que el CTV pueda recibir la ayuda necesaria para cubrir sus costes y pueda mejorar sus servicios. Por lo demás, cada una de las televisiones católicas cuenta con un presupuesto propio y se enfrenta a los costes del personal, equipo y demás. Por lo tanto, es lógico que se solicite una pequeña contribución a cambio de las transmisiones e imágenes que recibe del CTV y que aportan calidad a sus actividades como televisión católica.
El CTV ha intentado siempre no pedir a una televisión católica más de lo que ésta pueda aportar. Por lo general, el CTV estima la cantidad que considera apropiada y luego acepta, reduce o incluso renuncia provisionalmente a las compensaciones; especialmente en las fases iniciales, que suelen ser complicadas para las nuevas televisiones. Las relaciones se han basado siempre en la fidelidad y la lealtad y el CTV intenta evitar que una nueva iniciativa se venga abajo por una propuesta de compensación económica.
Proyectos y propuestas
Dado que la distribución satélite intercontinental es bastante costosa, sería interesante que se crease una estrategia de distribución de las retransmisiones televisivas en directo a nivel regional y continental.
Si se crease un centro óptimo en América latina, capaz de difundir a nivel continental las retransmisiones con acompañamiento en español, sería suficiente con que el centro recibiese las i
mágenes del CTV, sin necesidad de que el CTV tuviese que enviarlas directamente a cada una de las televisiones católicas.
En Roma se puede organizar mejor el servicio de distribución de textos e informaciones para facilitar los acompañamientos a las retransmisiones que se preparan in situ.
El CTV todavía tiene una asignatura pendiente: la presencia en Internet. Esto dependerá también de si se necesita una mayor coordinación de las actividades vaticanas en Internet. Sin embargo, se puede prever que, en un futuro, las imágenes de las actividades vaticanas estén disponibles en Internet de manera eficaz y con mayor urgencia.
El CTV está dispuesto a colaborar de forma concreta y activa con las iniciativas de producción de boletines y materiales informativos destinados a las televisiones católicas (una de las cuales está representada en el presente congreso), y está convencido de la necesidad de estructurar la colaboración, en aras a servirles a todos ustedes con la mayor eficacia. La colaboración entre nosotros es esencial y urgente para construir la Iglesia de nuestro tiempo.
[Traducción facilitada por la secretaría del Congreso]