ROMA, martes, 17 octubre 2006 (ZENIT.org–El Observador).- Como de una «gran efervescencia católica» ha calificado la situación del Estado de Chiapas, al sur de México, monseñor Rogelio Cabrera López, obispo de la diócesis de Tuxla Gutiérrez, capital política de la entidad.
El prelado mexicano, de visita en Roma para participar en la ceremonia de canonización de San Rafael Guízar Valencia, concedió una entrevista a Zenit–El Observador en la que se refirió a temas candentes de la actualidad de Chiapas como la cuestión de los diáconos indígenas, la penetración de diversas sectas y la inmigración de centroamericanos a través de la frontera con Guatemala.
–¿Cuál es el momento del tema de los diáconos indígenas en las diócesis de Chiapas, especialmente, de la de San Cristóbal de las Casas?
–Monseñor Cabrera López: Primero, el trabajo evangelizador en Chiapas está activo, pujante, con una gran participación laical. Los pueblos indígenas esperan mucho de la Iglesia, necesitan de la Iglesia. En ese sentido hay que entender la efervescencia que se vive en Chiapas. El asunto de los diáconos es un asunto muy delicado, que la Santa Sede ha impuesto un criterio, sobre todo en lo que se refiere a la diócesis de San Cristóbal de las Casas. Ha pedido que –ante todo– se promuevan las vocaciones al sacerdocio, lo cual –creo– se está haciendo de manera intensa.
–¿Usted lo está haciendo en la diócesis a su cargo?
–Monseñor Cabrera López: Sí, en la diócesis de Tuxla Gutiérrez –desde hace tiempo– les ha prestado el seminario y ahí se han estado formando los seminaristas de San Cristóbal. De hecho algunos que eran de familias de allá han regresado y esto ha favorecido la presencia de sacerdotes de Chiapas en una diócesis que los necesitaba como es la de San Cristóbal de las Casas. Es distinto el caso de las otras dos diócesis, Tapachula y Tuxla, donde 90 por ciento de los sacerdotes son de Chiapas, y muchos de ellos indígenas, especialmente zoques y tzotziles.
–¿Cuál fue en esencia el comunicado de la Santa Sede sobre los diáconos indígenas?
–Monseñor Cabrera López: Ha quedado muy claro: que se espere hasta que las condiciones de sustitución se cumplan.
–¿Todo esto es producto de una especie de renacimiento católico en Chiapas?
–Monseñor Cabrera López: Sí hemos logrado equilibrar a la fuerza protestante que tiene presencia en la región. En la medida en que los católicos trabajamos, sin entrar en controversias religiosas, hemos detenido, de manera palpable, la fuerza de los grupos protestantes. Me atrevo a decir que en algunos territorios de Chiapas hemos recuperado a muchos para la Iglesia católica.
–¿Cuáles son las claves de este regreso a casa?
–Monseñor Cabrera López: Primero, la presencia en todas las comunidades de Chiapas, sobre todo las más alejadas de los centros urbanos. Luego, la actitud bondadosa y caritativa de sacerdotes y religiosos. Y desde luego que la Iglesia no se olvida de predicar a Cristo y al Evangelio. Cuando estas condiciones se dan, podemos fortalecer la fe católica. Nosotros estamos insistiendo en lo que siempre ha dicho la Iglesia y lo repetía el cardenal Miranda: el católico tiene tres amores que debe fortalecer: el amor a Cristo en la Eucaristía, el amor a la Virgen María y el amor y respeto a los pastores. Eso da el perfil católico y hace descubrir las riquezas de nuestra fe.
–¿Pueden ser «exportables» estas condiciones?
–Monseñor Cabrera López: No lo sé, lo cierto es que la penetración en Chiapas del protestantismo está teniendo una valla, no porque haya una lucha religiosa en su contra, sino por la toma de conciencia de los mismos católicos de que tenemos una gran riqueza que no podemos perder, especialmente estos tres amores que he señalado y que se han fortalecido muchísimo en el sureste mexicano.
–¿Cómo se vive la inmigración de Centro América?
–Monseñor Cabrera López. Hay un gran sector de Centro América que tiene como fin llegar a Estados Unidos, pero, también hay muchos que se quedan en Chiapas. Hay una cosa positiva y es que el gobierno mexicano ha apoyado a muchos dándoles sus permisos para que puedan trabajar. Sobre todo a los guatemaltecos: si estos deciden insertarse en la vida laboral de México, tienen buenas oportunidades. Lo difícil es cuando los hermanos centroamericanos usan territorio mexicano como plataforma para irse a trabajar a Estados Unidos. Entonces sí que se exponen a muchas vejaciones, policías y ciudadanos que se aprovechan de esa circunstancia. El presidente electo, Felipe Calderón, ha dicho que pondrá un cuidado especial en la frontera sur. Nosotros creemos que si las condiciones económicas de Chiapas mejoran, podremos brindarle apoyo a América Central. Ahí hay una relación interrumpida y de un futuro económico para México, para Chiapas y para Centro América, muy importante.
–¿Qué papel debe desempeñar la Iglesia católica?
–Monseñor Cabrera López: La Iglesia católica, especialmente en Chiapas, debe colaborar más, especialmente, con Guatemala.