CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 22 octubre 2006 (ZENIT.org).- Al concluirse un mes de Ramadán que será recordado en la historia de Irak por el elevadísimo número de vidas humanas desgajadas por la violencia, Benedicto XVI pidió este domingo «valentía» tanto a los políticos iraquíes como a la comunidad internacional para apoyar la reconstrucción
La fiesta del final de este mes de ayuno y oración, Eid al Fitr, será celebrada por los musulmanes suníes este lunes y por los chiíes el martes.
«Contrastan dramáticamente con este clima gozoso las noticias que proceden de Irak sobre la gravísima situación de inseguridad y sobre la cruel violencia a la que están expuestos muchísimos inocentes sólo por ser chiíes, suníes o cristianos», reconoció el Papa tras rezar el Ángelus.
«Percibo la profunda preocupación que experimenta la comunidad cristiana y deseo asegurar que estoy cerca de ella, así como de todas las víctimas, y pido para todos fuerza y consuelo», reconoció al dirigirse a los 30.000 peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El Papa pidió elevar oraciones al Todopoderoso «para que dé la fe y la valentía necesaria a los responsables religiosos y a los líderes políticos, locales y en todo el mundo, para apoyar a ese pueblo por el camino de la reconstrucción de la Patria, en la búsqueda de equilibrios compartidos, en el respeto recíproco, con la conciencia de que la multiplicidad de sus componentes es parte integrante de su riqueza».