CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 26 de octubre 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI lanzó este jueves un llamamiento a la Unión Europea a comprometerse más decididamente a favor de la paz en el mundo y particularmente en Oriente Medio, en particular en Tierra Santa, en el Líbano y en Irak.
Recibió la propuesta del Papa el nuevo embajador de Bélgica ante la Santa Sede, Frank De Coninck (1945), diplomático de carrera, en el discurso que le entregó con motivo de la presentación de sus cartas credenciales.
El pontífice comenzó haciendo un balance de los cincuenta años del «gran proyecto de la construcción europea, que procede del espíritu cristiano»: «los avances son considerables –reconoció–, aunque nuevas dificultades han surgido recientemente».
En definitiva, constató, «el continente europeo vuelve a encontrar poco a poco su unidad en la paz y la Unión Europea se ha convertido, en el mundo, en una fuerza económica de primer orden, así como un signo de esperanza para muchas personas».
«Ante las exigencias de la globalización y de la solidaridad entre los hombres –opinó el pontífice– Europa tiene que seguir trabajando y comprometiéndose en las grandes canteras del planeta».
«En la primera línea de estos desafíos, se encuentra la cuestión de la paz y de la seguridad, en momentos en los que observamos una situación internacional fragilizada por conflictos duraderos, en particular en Oriente Medio con las situaciones siempre dramáticas de Tierra Santa, del Líbano y del Irak, pero también en África y Asia», consideró.
Según el obispo de Roma, la comunidad internacional, y en particular la Unión Europea deben movilizarse «con determinación a favor de la paz, del diálogo entre las naciones, y del desarrollo», y aseguró el pleno apoyo de la Santa Sede en estos objetivos.