HOUSTON, viernes, 3 noviembre 2006 (ZENIT.org-El Observador).- Un nuevo estudio, presentado en Houston por el Oficial Ejecutivo en Jefe del Distrito de Hospitales en el Condado de Harris, David López, ha demostrado que es mentira que los indocumentados hispanos hayan inundado las salas de urgencia y los servicios de salud, en detrimento de los ciudadanos norteamericanos que poseen tarjeta de elegibilidad en esa zona, célebre, justamente, por las instituciones médicas que posee.

El estudio ha sido reseñado por el periódico «Trabajador Católico» de Houston -- publicación de Casa Juan Diego de Hospitalidad-- en el número correspondiente a septiembre-octubre de 2006. Con la investigación, se echa por tierra lo que la publicación llamó «un mito xenófobo en Houston y en el Condado de Harris», según el cual "nadie, excepto los indocumentados, ha recibido servicios en los hospitales Ben Tauh, Lyndon B Johnson, Quentin Mease o las otras clínicas del Condado».

El estudio subraya que, para los indocumentados, es prácticamente imposible obtener una tarjeta de elegibilidad del Distrito de Hospitales pues, para ello, necesitan documentos que o no tienen o han perdido en el largo camino hasta llegar a los centros de trabajo de los Estados Unidos. La tarjeta de elegibilidad precisa de una identificación oficial con fotografía, cosa que la mayor parte de los indocumentados no poseen.

Justamente la demanda de la tarjeta de elegibilidad ha sido el método más usado por los hospitales del Condado de Harris «para eliminar a los inmigrantes de los servicios de salud», de acuerdo con la publicación católica de Houston.

«"Nuevas reglas rechazan a todos en la sala de emergencia, menos a los que están muriendo; esta es la pena de muerte para muchos inmigrantes», subrayó la publicación de Casa Juan Diego de Hospitalidad.

El reporte del Oficial Ejecutivo del Condado de Harris subraya que la presencia de trabajadores indocumentados en los hospitales del Distrito apenas asciende a 14 por ciento del total de la población atendida.

«Esto significa --concluyó la publicación-- que los indocumentados no son tal carga para los que pagan impuestos» y, además «que muchos, probablemente, no estén recibiendo el cuidado que necesitan».