ROMA, jueves, 16 noviembre 2006 (ZENIT.org).-La publicación y presentación del libro en italiano «La Santa Sede y la cuestión judía (1933-1945)», de la editorial italiana Studium, ha hecho resurgir el debate sobre el proceso de beatificación del Papa Pío XII.
El libro escrito por el profesor Alessandro Duce, profesor extraordinario de Historia de las Relaciones Internacionales en las Facultades de Ciencias Políticas y de Jurisprudencia de la Universidad de Parma, pretende ofrecer una reconstrucción detallada de la obra diplomática y humanitaria desarrollada por la Santa Sede frente a las persecuciones sufridas por las poblaciones judías en los años más dramáticos de la historia del siglo XX, a partir de la subida al poder en Alemania de Adolf Hitler hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
El libro del profesor Duce se distingue por la amplitud de las fuentes diplomáticas vaticanas e internacionales usadas y consultadas. Gracias a los archivos vaticanos relativos a la actividad de la Santa Sede en los años treinta, y a las poco conocidas fuentes diplomáticas italianas, el autor ha sido capaz de reconstruir momentos cruciales de las relaciones alemano-vaticanas, desvelando inéditas situaciones de fondo.
Se conocen, por ejemplo, las innumerables iniciativas relativas a la cuestión judía, emprendidas por la diplomacia vaticana y por los pontífices en los diversos países europeos. En particular, han salido a la luz los esfuerzos vaticanos para facilitar la emigración de los judíos europeos al continente americano y la acción de la Santa Sede para oponerse a la emanación de legislaciones antijudías en Europa centroriental.
La presentación del volumen, que tuvo lugar en Roma el 25 de octubre, ha despertado la atención también sobre polémicas relativas a la causa de beatificación de Pío XII. Numerosos medios de comunicación han dado la noticia de que el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos habría declarado que la causa de Pío XII estaría «detenida».
Preguntado por Zenit, el ponente de la causa de beatificación de Pío XII, el padre Peter Gumpel, revela que el cardenal Saraiva Martins le ha pedido declarar que él «no ha hecho nunca una declaración en la que sostuviera que la causa de Pío XII está detenida».
El padre Gumpel criticó también el artículo del «Corriere della Sera», del 26 de octubre, en el que «se informa de manera parcial del libro de Duce, presentándolo como crítico respeto al Papa Pío XII, cuando en cambio es evidente que hay centenares de páginas con muchas pruebas documentales que demuestran cómo y cuánto los pontífices Pío XI y sobre todo Pío XII hicieron en favor de los judíos».
Para tener una idea más amplia y articulada de la cuestión, Zenit ha entrevistado al profesor Alessandro Duce.
–Ha necesitado cinco años de investigación en los Archivos para escribir este libro. ¿Cuáles son las razones que le han impulsado a profundizar en las relaciones entre la Santa Sede y la cuestión judía?
–Duce: De un examen de los numerosos escritos existentes y de los Archivos disponibles, llegue a una convicción: no había una trabajo sistemático e integral que examinara la actuación de la Santa Sede y de sus estructuras diplomáticas en todo el arco temporal (1933-1945) y geográfico en el que se manifestó la violencia nazi y antijudía. He tratado de colmar este vacío; no me corresponde a mí decir si lo he logrado.
–¿Cuáles son las conclusiones de su investigación? ¿Cómo fueron las relaciones con los judíos de los papas Pío XI y Pío XII? ¿Cómo se comportaron frente a las leyes raciales y las persecuciones del pueblo judío?
–Duce: Durante los años de la persecución las relaciones entre los vértices de las comunidades judías y el Vaticano se hacen cada vez más frecuentes e intensas. Los dos pontífices del periodo no pueden ser acusados de indiferencia, de instigación, de complicidad con los perseguidores.
–En un artículo publicado el 26 de octubre por «Corriere de la Sera» se afirma que su libro sostiene la tesis de un Papa Pío XII «dubitativo, aislado» incluso inmóvil, «incapaz de tutelar ni a los creyentes ni a los religiosos de la persecución y del martirio». ¿Es este el resultado de sus investigaciones?
–Duce: La observación del periodista es precisa y pertinente en sustancia; pero necesita interpretación, es decir una lectura específica, situada en el contexto de los acontecimientos. La imposibilidad de Pío XII de tutelar de la violencia nacionalsocialista a los mismos creyentes y al clero debe hacer reflexionar: ¿Se puede pretender de quien no tiene la fuerza de tutelar «el propio rebaño» que salve el de los «vecinos»? El contexto del periodo es el de una doble persecución: anticatólica (en general antirreligiosa) y antijudía. Creo que es inútil precisar que la segunda es mucho más violenta y cruel que la primera.
–Con motivo de la presentación de su libro en Roma, se han elevado algunas voces para detener el proceso de beatificación de Pío XII. ¿Cuál es su opinión al respecto?
–Duce: Mi investigación no tenía el objetivo de influir sobre el proceso de beatificación de Pío XII. Debo confesar que yo mismo no conozco los términos precisos de este procedimiento, ni en qué punto está hoy. He puesto de relieve centenares de documentos (muchos hasta ahora ignorados); no excluyo que algunos de ellos puedan resultar útiles al trabajo de la Comisión encargada de la beatificación. Para mí es ya muy laborioso el trabajo «histórico»; no tengo ninguna intención de hacerme cargo también del de la Comisión.
–Al final de su libro hay un capítulo titulado «La cruzada de la caridad». ¿Puede explicarnos de qué se trata?
–Duce: La «cruzada de la caridad» es una expresión eficaz y feliz usada en varias ocasiones por autorizados representantes vaticanos. Quiere poner de relieve la actividad desarrollada por la Santa Sede durante el conflicto a favor de todos los que sufrían (búsqueda de desaparecidos, informaciones, ayuda a los detenidos, apoyo a las emigraciones, asistencia económica a las familias, prisioneros, deportados, etc.). Es evidente un esfuerzo enorme y duradero sostenido por las estructuras vaticanas y las nunciaturas que sin embargo no estaban constituidas con estos objetivos. La Iglesia de Roma quiso proporcionar asistencia en todas las direcciones sin distinción de religión, nacionalidad o estirpe. En aquella multitud de dolientes están también los judíos.