CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 26 noviembre 2006 (ZENIT.org).- En vísperas de la Jornada Mundial contra el Sida, que se celebrará el 1 de diciembre, Benedicto XVI pidió evitar toda discriminación hacia los enfermos afectados por el virus VIH.
Tras rezar este domingo el Ángelus con miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa deseó que la Jornada «sirva para favorecer una responsabilidad mayor en la curación de la enfermedad, así como en el compromiso por evitar toda discriminación hacia todos los que han quedado afectados».
El pontífice invocó «sobre los enfermos y sus familias el consuelo del Señor», y alentó «las múltiples iniciativas que la Iglesia apoya en este campo».
Según datos proporcionado por el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, el 25 por ciento enfermos de sida del mundo son atendidos por instituciones de la Iglesia católica o por organizaciones no gubernamentales católicas.
Según el informe la «Situación de la epidemia de sida 2006», redactado por ONUSIDA y por la Organización Mundial para la Salud, se estima que actualmente viven con el virus alrededor de 39,5 millones de personas.
Según este documento, publicado el 21 de noviembre, en 2006 se produjeron 4,3 millones de nuevas infecciones, de las cuales 2,8 millones (65%) correspondieron a África subsahariana.
Se dieron importantes aumentos en Europa oriental y Asia central, sigue explicando el informe, donde se observan algunos indicios de que las tasas de infección han crecido en más del 50% desde 2004.
En 2006, 2,9 millones de personas fallecieron como consecuencia de enfermedades relacionadas con el sida.