El nuncio en México afirma que la Iglesia no debe ser un factor político

En su despedida del país

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CIUDAD DE MÉXICO, jueves, 8 febrero 2007 (ZENIT.orgEl Observador).- El nuncio apostólico monseñor Giuseppe Bertello, en su despedida de México, señaló que la Iglesia católica nunca será un factor político en el país, «sino la levadura que impulse el desarrollo social y de los valores del espíritu cristiano para la creación de una sociedad justa y en bienestar».

Acompañado por cerca de 40 arzobispos, obispos y sacerdotes de diversas diócesis del país, el nuncio apostólico Guiseppe Bertello se despidió de la feligresía católica mexicana con una ceremonia eucarística que concluyó con lágrimas y la voz entrecortada.

Al mediodía del 7 de febrero, monseñor Bertello, tras seis años de residencia en esta capital, llegó al altar mayor de la Basílica de Guadalupe y presidió una concelebración eucarística de acción de gracias y despedida.

En una rueda de prensa, al acabar la Eucaristía, en el auditorio de la Basílica de Guadalupe, en la víspera de su partida a Italia, monseñor Bertello subrayó que la misión del clero es estrictamente de orden religioso, por lo que debe contribuir a la construcción de la sociedad, ya que «la política es el deber de los laicos y no de los religiosos».

Acompañado por el presidente de la Conferencia Episcopal de México (CEM), monseñor Carlos Aguilar Retes, subrayó que a los líderes católicos les asiste, como ciudadanos un derecho de libertad de expresión, por lo que pueden hacer valoración crítica de situaciones sociales.

Sin embargo, aclaró que «en México, no hay una intervención de la Iglesia en materia política».

El nuncio saliente también afirmó que el clero debe ver la importancia del papel que desempeña la sociedad, además de que la Iglesia católica quiere proponer valores y ayudar a construir una sociedad justa, con respeto de los derechos y cumplimiento de las obligaciones, pero nunca con el interés de convertirse en un factor político.

A las preguntas sobre los casos de sacerdotes implicados en abusos a menores, monseñor Bertello expuso que no se trata de asuntos que trate en forma directa la Nunciatura Apostólica.

Exhortó a mirar a la gran mayoría de sacerdotes que viven bajo la ley de Dios y hacen todo lo que pueden para servir a sus hermanos, y no son pederastas, aunque un solo caso también es gravísimo.

En cuanto a las sectas, monseñor Bertello dijo que es un reto «que encontramos hasta en Internet, por lo que es el momento de que los católicos asuman su responsabilidad de preguntarse por qué pasa esto y cómo pueden ayudar a formar una sociedad católica sólida».

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ZENIT Staff

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