LISBOA, jueves, 8 febrero 2007 (ZENIT.org).- Para los católicos representa un deber acudir a votar «no» en el referéndum sobre la liberalización del aborto en Portugal, convocado el próximo domingo.
Así lo recuerda José Carlos Sepúlveda da Fonseca, entre los ideadores y actualmente director de la Asociación portuguesa «Acção Família».
Constituida por laicos e inspirada en la doctrina católica, «Acção Familia lucha, desde el año 2000, por la defensa y la aplicación de los valores cristianos en la sociedad, en la cultura, en la legislación y en los comportamientos sociales.
El director de la asociación explica, en esta entrevista concedida a Zenit, cómo se ha llegado a un referéndum de este calibre y cuáles son las fuerzas desplegadas.
–¿Qué argumentaciones han llevado al referéndum para la liberalización del aborto en Portugal?
–Sepúlveda da Fonseca: El Partido Socialista, con mayoría absoluta en el Parlamento, tenía en su programa de gobierno la llamada despenalización del aborto.
Elaborando la pregunta para el referéndum, la ha formulado de modo tal que si ganara el «sí» lo que en la práctica se aprobará en Portugal es el aborto totalmente libre hasta la décima semana, por única y exclusiva elección de la mujer, en estructuras hospitalarias y sanitarias estatales o con credenciales estatales y financiadas por el Sistema Sanitario Nacional.
El gobierno y los demás partidarios del «sí» afirman que la «plaga social» del aborto clandestino –sobre el cual presentan datos discordantes y sin fundamento real- impone la aprobación de este régimen de aborto libre para la solución de un problema de salud pública.
Además de esto, sostienen que la ley, penalizando el aborto, «humilla» a la mujer, y que la decisión de abortar es una cuestión de «fuero interno». Afirman igualmente que Portugal es «retrógrado» en su legislación no alineándose con los mecanismos legales de la práctica del aborto, más o menos libres, de casi toda Europa.
–¿De qué modo y con cuáles temas la Asociación que usted dirige se está oponiendo al aborto?
–Sepúlveda da Fonseca: Los muchos movimientos que luchan contra la liberalización del aborto en Portugal han presentado excelentes argumentaciones éticas, jurídicas y científicas con las que demuestran que la liberalización del aborto es una aberración y deja absolutamente privada de protección, desde el punto de vista legal, la vida del no nacido. Vida, ésta, que los más modernos descubrimientos y técnicas médicas y científicas atestiguan como inequívoca en el embrión.
Al ser Portugal un país mayoritariamente católico, la Asociación que dirijo («Acção Família») ha pensado que era oportuno unir al esfuerzo de estos muchos organismos y movimientos anti-aborto otra línea de acción: recordar a los fieles católicos el deber de conciencia que les corresponde de no abstenerse y acudir a votar «no» una vez convocado el referéndum.
Es por esto que hemos distribuido 2,7 millones de octavillas en Portugal continental, en Azores y en Madeira.
Como laicos católicos hemos recordado brevemente la doctrina de la Iglesia respecto al tema del aborto.
Visto que el referéndum coincide con el 90º aniversario de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima, también hemos invitado a los católicos a formar una cadena de oración para que la Virgen preserve a Portugal de esta calamidad, invitándoles a rezar el Rosario.
–¿Qué fuerzas están en el terreno? ¿Quién está a favor del aborto y quién se opone?
–Sepúlveda da Fonseca: Las fuerzas que sostienen la liberalización del aborto son inequívocamente las fuerzas políticas de izquierda: el Partido Socialista en bloque (con raras excepciones), el Partido Comunista Portugués y el Bloque de Izquierda. Además de estos, algunos movimientos de la sociedad civil, más o menos cercanos a estos bloques políticos.
Se opone al aborto un gran número de movimientos de la sociedad civil (los llamados movimientos cívicos, entre los que destaca la «Plataforma Não obrigada» [Plataforma No gracias. Ndt]), originarios de varias regiones del territorio nacional. Estos movimientos han demostrado una gran vitalidad y una enorme capacidad de movilización que se ha traducido en la realización de una gran Marcha por la Vida en Lisboa.
A estos movimientos están ligados nombres de relevancia de diversos sectores profesionales: juristas, médicos, científicos, economistas, profesores universitarios, sociólogos, periodistas, etcétera. En el campo político, a su vez, se opone de modo claro e inequívoco a la liberalización del aborto el CDS-PP, de inspiración demócrata-cristiana.
En el terreno católico, varios obispos y sacerdotes hacen oír su propia voz. Entre ellos destacan el arzobispo de Braga y presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, monseñor Jorge Urtiga, el obispo de Guarda, monseñor Manuel da Rocha Felício, y el obispo de Leiria-Fátima, monseñor António Marto. Entre los laicos católicos, varios grupos se han comprometido activamente en la lucha contra la liberalización del aborto, sobre todo, como ha observado un experto en Ciencias Políticas, «Acção Família»
–¿Qué pueden hacer las asociaciones pro-vida y las muchas organizaciones católicas italianas y europeas para apoyarles en esta lucha?
-Sepúlveda da Fonseca: Creo que la primera aportación de las organizaciones católicas y de las asociaciones pro-vida es dar a conocer al exterior la doblez con la que el gobierno del Partido Socialista, guiado por José Sócrates, el Partido Comunista Portugués, el extremista Bloque de Izquierda y los movimientos abortistas han actuado y buscado confundir a los indecisos en Portugal, ocultando de todas las maneras sus intenciones reales, y eludiendo lo que realmente se juega en este referéndum: la introducción del aborto libre hasta la décima semana.
Los «escamoteos» de los defensores de la liberalización del aborto han sido hasta tal punto graves e importantes que en estos días un artículo del diario «Público» hablaba de la ilegitimidad democrática de una eventual victoria del «sí».
Además de esto, ciertamente las asociaciones pro-vida y las organizaciones católicas italianas y del resto del mundo podrán dar una enorme contribución, uniéndose a la gran red de oración que se está difundiendo en Portugal y en diversos países, rogando a Nuestra Señora de Fátima que preserve a Portugal del mal del aborto.