SEVILLA, viernes, 16 febrero 2007 (ZENIT.org).- En sendos comunicados, hechos públicos este jueves, tanto el Foro Andaluz de la Familia, como el movimiento Comunión y Liberación han mostrado su oposición al nuevo Estatuto de la comunidad autónoma de Andalucía, España, que será sometido a referéndum el próximo domingo 18 de febrero.
En su comunicado el Foro Andaluz de la Familia afirma que «después de analizar en detalle el contenido y los claroscuros del nuevo Estatuto, considera que las familias andaluzas merecen un Estatuto de Autonomía mucho mejor, tanto en cuanto a la definición de los derechos de la Familia, que es una institución fundamental para el futuro de nuestra sociedad, como en el fomento de la participación activa de las asociaciones familiares en la vida democrática andaluza».
Considera «especialmente negativo» el artículo 17.2, «que equipara al matrimonio las ‘parejas no casadas’, expresión ésta sin definición jurídica, ambigua y evidentemente inconstitucional».
El Foro muestra su solidaridad con los padres de alumnos que se oponen a la interpretación de la Constitución Española que del art. 21.2 «imponiendo que la enseñanza pública sea laica, dejándola en desventaja con otros tipos de iniciativa educativa y empobreciendo la oferta de los centros públicos»
Tampoco es admisible, añade el Foro Andaluz de la Familia, el art. 20 «que no defiende suficientemente el derecho a vivir dignamente de los andaluces, y se aleja de la cultura de la vida que forma parte de nuestra esencia andaluza. El testamento vital es la voluntad expresada por el paciente de las instrucciones sociosanitarias para sus últimos momentos de vida, pero no puede incluir instrucciones que lleven al suicidio o a la eutanasia. Este artículo propuesto en el Estatuto remite su concreción a una ley de rango inferior, dejando así la puerta abierta a la eutanasia».
Así mismo denuncia «la falta de atención que, en las diferentes fases de redacción del texto estatutario, se ha prestado a las propuestas que ha presentado. Ha quedado fuera del Estatuto la prioridad de las familias con mayor número de hijos en el derecho a la vivienda y a las ayudas públicas. Tampoco recoge demandas realmente importantes para las familias, como el derecho a la salud bucodental plena en el sistema sanitario público andaluz».
La falta de participación ciudadana en la elaboración del Estatuto, indica el comunicado, «se refleja ahora en el bajísimo interés mostrado por los andaluces ante el referéndum».
Sin embargo, el Foro «invita a las familias andaluzas a acudir a votar, como muestra de responsabilidad política, y, a pesar de la masiva propaganda dirigida en una sola dirección y a pesar de la desinformación oficial, manifiesten con su voto su deseo de mejorar este texto que no protege a la familia ni el derecho a la vida».
Por su parte, el movimiento católico Comunión y Liberación ha expresado en un comunicado su oposición al nuevo texto estatutario andaluz.
Según CL, se trata de «un Estatuto hecho a espaldas de los ciudadanos. Aunque cuenta con el respaldo mayoritario del Parlamento andaluz, no responde a las necesidades reales de los andaluces».
Afirma además que «el nuevo Estatuto no garantiza y protege derechos fundamentales de la persona humana: no tutela adecuadamente la vida desde su concepción hasta su muerte, no reconoce el valor de la familia (como lugar de crecimiento y madurez para los ciudadanos), no contiene una protección adecuada de la libertad religiosa en su dimensión pública».
«No queremos que el Estado –ni el central ni el autonómico– dicte cuáles deben ser los valores a los que debemos someternos para poder obtener un certificado de ‘buenos ciudadanos’. No queremos que las escuelas públicas, convertidas en escuelas necesariamente laicistas por la nueva redacción del Estatuto, se apropien del derecho a educar a nuestros hijos», afirma Comunión y Liberación.
Según el movimiento católico, el nuevo Estatuto «contribuirá a desarrollar una administración autonómica sofocante. En nombre del desarrollo de los derechos sociales, esta reforma aumentará aún más el estatalismo de la Junta de Andalucía».
Así mismo señala que «el Estatuto no servirá para que nuestros políticos respeten y apoyen las iniciativas de los distintos sujetos sociales. Esos sujetos, sin renunciar a su identidad, pueden responder a muchas necesidades sociales (vivienda, educación, sanidad, trabajo, cultura) de nuestro pueblo si no se les coarta su libertad de iniciativa y si no se les asfixia con un intervencionismo desmedido».
Y concluye con esta afirmación: «Nosotros apostamos por el desarrollo y la libertad de los sujetos sociales y de las personas, y no por el crecimiento de la administración paternalista a la que apunta el nuevo Estatuto».
