El prelado, junto a dos musulmanes, un periodista y un intelectual, ha recibido amenazas por haber participado en un encuentro interreligioso en una madrasa (escuela coránica).
Las amenazas por teléfono y carta han sido reivindicadas por un grupo extremista que se autodefine «Frente de los soldados islámicos».
El obispo Coutts asegura que no se arredrará y que seguirá promoviendo las actividades interreligiosas, «en aras de la armonía social y la paz religiosa en el país».
En una entrevista con Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el obispo dijo: «Hemos experimentado la violencia de ciertos grupos musulmanes extremistas, una violencia que antes no existía. Se trata de un fenómeno nuevo que no proviene de la población en general, sino de la promoción de esta forma de pensar dentro de grupos extremistas».
En Pakistán, país de 150 millones de habitantes, los católicos representan a una pequeña minoría de 1,5 millones de creyentes.