ROMA lunes, 6 marzo 2007 (ZENIT.org).- «La familia es un bien jurídico a proteger» afirmará y demostrará un el Congreso Europeo de la Familia que se celebrará en Roma del 8 al 10 de marzo.

El congreso tendrá este año por tema «La Familia: el futuro de Europa». Está organizado por el Instituto de Estudios Superiores sobre la Mujer, del Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum» de Roma.

La idea del congreso es proveer un análisis de las cuestiones actuales que más afectan a la familia europea en la esfera política económica y educativa, y subrayar y compartir iniciativas favorables a la familia que están siendo aplicadas por organizaciones internacionales.

La directora del congreso, Patricia Martínez Peroni, que es Profesora de Antropología y Psicología de la Personalidad y las Diferencias Individuales en la Universidad San Pablo CEU (Madrid) cuenta a Zenit algunos de los temas que serán objeto de análisis en el congreso y afirma que «es la legislación europea la que desprotege de manera más preocupante a la familia».

--La familia hoy: ¿es lo mismo que la familia hace 100 años?

--Martínez: Desde el punto de vista del orden y la ley natural sí. Cómo expresara Juan Pablo II en la Carta a las Familias en el Año de la Familia en 1994, «mediante la comunión de personas, que se realiza en el matrimonio, el hombre y la mujer dan origen a la familia».

La libertad humana, que es limitada y contingente ha sido la responsable de borrar esta huella divina, y reconfigurar mediante las ideologías de corte inmanentista, una nueva reingienería social, donde persona y familia se construyen según nuevos modelos teóricos y paradigmas culturales.

Entre la diversidad de países y continentes es quizás en Europa donde se ha fraguado esta desintegración de la ley natural de modo más reciente. Aunque América del norte fue pionera en la revolución sexual a la hora de fustigar el matrimonio y la familia, sin embargo ya en Europa existían precedentes.

Ahora mismo, es la legislación europea la que desprotege de manera más preocupante a la familia, particularmente con legislaciones positivas como el llamado «matrimonio homosexual» que devalúa el matrimonio como bien jurídico a proteger, por tanto, relativiza la sustantividad de la familia como célula natural del orden social, introduciendo categorías equívocas como la «diversidad de familias» y la «teoría del género» o la «orientación del deseo» como nuevos derechos humanos.

--¿Cuáles son las diferencias entre una política de familia y políticas sociales de orientación familiar?

--Martínez: La política de familia responde a la realidad de la institución natural y jurídica del matrimonio y el ámbito propio en que se genera y educa un ser humano.

Si tenemos en cuenta que la política tiene como fin propio del orden social el bien común, éste no debe contraponerse al bien personal de las personas.

La persona humana se gesta no sólo en un útero biológico, sino que trasciende en sus inicios del desarrollo evolutivo la mera facticidad orgánica para perfeccionarse en un útero social como es el hábitat primero de la familia y el hogar.

Siendo el hombre un cuerpo animado por el alma espiritual, que le identifica como miembro de una especie, su propia naturaleza racional le lleva a la interrelación con el otro, en las figuras primeras de un padre y una madre, de los cuales no sólo depende existencialmente sino de los que recibe la configuración psicobiológica y espiritual propia de su naturaleza.

Esta realidad natural funda la sociedad, y demanda a la política de un estado su protección jurídica, y promoción social, puesto que responde a la dimensión específica del hombre en tanto miembro de una comunidad.

Las políticas sociales de orientación familiar deberían apuntar en esta «perspectiva de familia» el ejercicio prudencial de los gobernantes.

Ocurre muchas veces, por el contrario, que desarraigadas de una recta antropología, se tornan mera ideología y artificios de poder sujeto a un positivismo constructivista donde enajenan sus servicios a la realidad del hombre como tal.

--La familia, ¿es sólo una institución dedicada a la procreación?

--Martínez: La familia es el ámbito que alberga la vida humana en su gestación y desarrollo perfectivo para que el hombre alcance su plenitud como criatura con una dimensión trascendente, por ser de naturaleza no sólo corporal sino espiritual en íntima unidad.

No sólo se genera vida, sino que se humaniza dicha existencia en la interrelación de los miembros que conforman una familia.

Hay que recordar que la impronta de la familia como institución natural surge de su propio fundamento previo en el matrimonio indisoluble, el cual refleja la comunión de los cónyuges y la apertura a la vida, que no es únicamente procreación sino además educación de los hijos y humanización de la sociedad.

Por ello la familia es un bien jurídico a proteger, ya que es el ámbito propio en el cual se desarrolla la humanidad.