CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 14 marzo 2007 (ZENIT.org).- ¿Qué debe hacer la Santa Sede cuando miles de fieles, en particular jóvenes seminaristas o estudiantes, reciben en centros católicos enseñanzas de teólogos que parecen negar aspectos fundamentales de la fe católica, como la divinidad de Jesús?
Esta es la pregunta que le surgió en 2001 al cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, al recibir observaciones de los pastores y fieles católicos latinoamericanos sobre las obras del padre Jon Sobrino S.I.
Para responder a esta difícil pregunta, a través de los siglos, la Iglesia ha establecido un procedimiento para el examen de las doctrinas, que ha sido confiado por los Papas a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Este procedimiento está regulado por el «Reglamento para el examen de las doctrinas», redactado en 1997 por el cardenal Joseph Ratzinger, que entonces era el prefecto de esa Congregación, con la aprobación de Juan Pablo II.
La «Notificación» publicada por la Santa Sede sobre obras del padre Sobrino explica que «la Congregación para la Doctrina de la Fe, a causa de las imprecisiones y errores en ellos encontrados, en el mes de octubre de 2001, tomó la decisión de emprender un estudio ulterior y más profundo de dichas obras».
«Dada la amplia divulgación de estos escritos y el uso de los mismos en Seminarios y otros centros de estudio, sobre todo en América Latina, se decidió seguir para este estudio el “procedimiento urgente” regulado en los artículos 23-27» del Reglamento.
«Como resultado de tal examen, en el mes de julio de 2004 se envió al Autor, a través del R.P. Peter Hans Kolvenbach S.J., Prepósito General de la Compañía de Jesús, un elenco de proposiciones erróneas o peligrosas encontradas en los libros citados», aclara.
En el mes de marzo de 2005 el P. Jon Sobrino envió a la Congregación una «Respuesta al texto de la Congregación para la Doctrina de la Fe», la cual fue examinada en la Sesión Ordinaria del organismo vaticano del 23 de noviembre de 2005.
«Se constató que, aunque en algunos puntos el Autor había matizado parcialmente su pensamiento, la Respuesta no resultaba satisfactoria, ya que, en sustancia, permanecían los errores que habían dado lugar al envío del elenco de proposiciones ya mencionado».
El resultado de la investigación constata que «obras del padre Sobrino presentan, en algunos puntos, notables discrepancias con la fe de la Iglesia».
Estas discrepancias afectan a temas centrales de la fe cristiana, pues ponen en tela de juicio la divinidad de Jesucristo o la encarnación del Hijo de Dios.
En otros casos, este tipo de notificaciones concluyen prohibiendo al autor la enseñanza de la teología católica mientras no rectifique sus posiciones de modo que sean plenamente conformes con la doctrina de la Iglesia. En el caso del padre Sobrino, la «Notificación» hace ninguna alusión a este tipo de medidas disciplinares.