Jornada de oración y ayuno por la paz

Vivirán mañana religiosos de todo el mundo

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ROMA, jueves, 29 marzo 2007 (ZENIT.org).- Unirse para invocar la paz es el objetivo de la «Jornada de oración y ayuno por la paz», lanzada para mañana 30 de marzo por la «Comisión Justicia, Paz e Integridad de la Creación» de la Unión de Superiores Mayores y la Unión Internacional de Superiora Generales.

Los religiosos de todo el mundo se proponen unir las oraciones e invocaciones a Dios para que cese la violencia y la guerra en Darfur, Irak, Afganistán, Sri Lanka, Uganda del Norte, Nepal, Colombia, Israel, Palestina y Líbano y en todos aquellos lugares del mundo dónde hay discordia y divisiones.

Los religiosos de todas las congregaciones masculinas y femeninas invitan a los fieles del mundo a unirse en la oración, recordando en particular las palabras de Juan Pablo II en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2002: «La oración por la paz no es un elemento que ‘viene después’ del compromiso por la paz. Al contrario, está en el corazón mismo del esfuerzo por la edificación de una paz en el orden, en la justicia y en la libertad. Orar por la paz significa abrir el corazón humano a la irrupción del poder renovador de Dios».

«Con la fuerza vivificante de su gracia, Dios puede abrir caminos a la paz allí donde parece que sólo hay obstáculos y obstrucciones; puede reforzar y ampliar la solidaridad de la familia humana, a pesar de prolongadas historias de divisiones y de luchas».

«Orar por la paz significa orar por la justicia, por un adecuado ordenamiento de las naciones y en las relaciones entre ellas. Quiere decir también rogar por la libertad, especialmente por la libertad religiosa, que es un derecho fundamental humano y civil de todo individuo. Orar por la paz significa rogar para alcanzar el perdón de Dios y para crecer, al mismo tiempo, en la valentía que es necesaria en quien quiere, a su vez, perdonar las ofensas recibidas».

La vida consagrada, indican los religiosos, está siempre al servicio de la reconciliación y de la paz en el mundo: «Pensamos que reservar un día, durante la Cuaresma, para rezar juntos por la paz en la tierra, todos los miembros de congregaciones religiosas, pueda tener un significativo efecto sobre nuestro mundo», afirman en un comunicado que expresa confianza en la fuerza de la oración.

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ZENIT Staff

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