Polémicas inútiles pueden obstaculizar la liberación del misionero secuestrado en Filipinas

Advertencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME)

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ROMA/ZAMBOANGA, lunes, 2 julio 2007 (ZENIT.org).- Polémicas de corte político en Italia pueden dificultar más aún la liberación del padre Bossi –secuestrado en Filipinas-, por lo que el Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME) –al que pertenece el sacerdote- llama a la responsabilidad.

En un comunicado enviado a primera hora de la tarde de este lunes, el superior general, el padre Gian Battista Zanchi, expresa: «El PIME quiere ante todo dar las gracias a todos los que oran y trabajan por la liberación del padre Giancarlo Bossi, secuestrado el 10 de junio en Payao, en la isla de Mindanao».

«Desde los primeros días el gobierno italiano se ha movilizado en Filipinas con el embajador, en Italia con la unidad de crisis del Ministerio de Exteriores, para ofrecer al PIME todo el apoyo necesario».

«Desde mañana [martes. Ndr] una delegación de la unidad de crisis llegará a Mindanao para trabajar con las autoridades locales políticas y eclesiales, junto a los misioneros del PIME».

«Hasta hoy el PIME no ha recibido reivindicación alguna, ni tienen conocimiento de quiénes son los secuestradores».

«Por ello, contemplar lo ocurrido como un conflicto entre cristianos y musulmanes es por el momento injustificado».

«El PIME no quiere verse envuelto en polémicas políticas y le disgusta que la vida de una persona sea instrumentalizada».

«De hecho, según los responsable del PIME en Filipinas, las polémicas de esos días en Italia podrían ser contraproducentes, haciendo aún más difícil la liberación de nuestro hermano» de comunidad.

«Para evitar cualquier inferencia, de ahora en adelante el PIME expresará sus posturas a través de comunicados oficiales», concluye el padre Zanchi.

«Radio Vaticana» se hizo eco este lunes de la polémica en territorio italiano: la oposición lamenta lo que califica de escaso empeño del gobierno respecto a este secuestro; por su parte, el ministro de Exteriores aseguró haber adoptado las medidas necesarias en el caso. La propia hermana del misionero, Pinuccia Bossi, alertó del efecto negativo de estas polémicas.

Los misioneros del PIME en Filipinas firmaron el viernes un comunicado demandando: «¿Dónde está nuestro hermano Giancaro Bossi?».

«Militares, civiles y autoridades religiosas piden una «prueba de vida», pero hasta ahora no tenemos pruebas (de que esté con vida), no existe clara identificación de los secuestradores, no existe confirmación de avistamiento, no existe petición de rescate, no hay reivindicación ni motivo de su imprevisto secuestro. Sabemos que Giancarlo no puede desaparecer como un fantasma. Es demasiado grande y debe ser difícil esconderlo», se lee en el comunicado de los misioneros.

«Estamos muy preocupados por él», admiten.

«Nosotros aún creemos, esperamos y rezamos porque Giancarlo esté vivo. Oramos también para que, entre quienes sepan qué ha sucedido realmente, haya alguno que pueda decir la verdad», concluyen.

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ZENIT Staff

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