BRASILIA, lunes, 16 julio 2007 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Brasil (CNBB) afirma que la clasificación indicativa de los programas de televisión, que informa sobre los contenidos, franja de edad y horario, «no es sólo oportuna sino necesaria».

Este lunes entraron en vigor las nuevas normas para la clasificación indicativa en Brasil. El objeto de la legislación es orientar a los padres sobre la calidad de la programación ofrecida por las televisiones.

Ante ello, la CNBB, por medio de su secretario general, monseñor Dimas Lara, divulgó un comunicado en el que expresa su apoyo a «toda iniciativa que controle la defensa y la promoción de los derechos del niño y del adolescente, considerando su condición peculiar de persona en desarrollo».

«Entendemos que el compromiso de velar por la vida de nuestros niños y adolescentes es deber no sólo de los países sino también del estado y de toda la sociedad», afirma.

Y considera que «el acceso de los niños y adolescentes a los programas de TV que contienen escenas de violencia y de sexo, impropias de su franja de edad, debe ser mejor reglamentado».

«Es fundamental, por ello, adoptar métodos que eviten que la Clasificación Indicativa sea sometida a criterios políticos o ideológicos o que quede a merced de grupos que no consideren al niño y el adolescente como prioridad absoluta».

En ese sentido, dice la CNBB, «vemos con simpatía la propuesta de que se cree un Consejo compuesto por representantes de los diversos segmentos de la sociedad civil, así como de las cadenas, y que actúe, de manera eficaz, en el acompañamiento de los programas y en su Clasificación Indicativa».

La Conferencia exhorta «a cada cadena, como vehículo de información, entretenimiento y cultura, a elaborar y divulgar con claridad su propio código de ética y los criterios que usa en la elaboración de su programación».

«Un instrumento muy útil en la educación para la ciudadanía, será, sin duda, el cumplimiento de la Ley 10.359/01, que obliga a las industrias de aparatos televisivos a instalar, en los equipos fabricados, un dispositivo denominado V-chip, que permite el bloqueo de los canales, programas y horarios según el discernimiento de los padres, a quienes correspondería, en último término, la decisión sobre la programación más adecuada para sus hijos», subraya.