Laicos venezolanos rechazan críticas a los obispos

CARACAS, domingo, 22 julio 2007 (ZENIT.org).- El 19 de julio el Consejo Nacional de Laicos de Venezuela emitió un comunicado en el que se pronuncian sobre las criticas que en los últimos días se han hecho a los obispos de la Conferencia Episcopal Venezolana. Publicamos el documento íntegro.

Share this Entry

COMUNICADO CONSEJO NACIONAL DE LAICOS (CNL)

1.- El Consejo Nacional de Laicos de Venezuela, en nombre de los Movimientos eclesiales y asociaciones laicales que lo integran, y de la multitud de laicos católicos del país, se siente en el deber de pronunciarse ante la opinión pública, y expresar su rechazo ante las continuas e injustas agresiones hacia la Iglesia y en especial hacia los Señores Obispos, intensificadas a raíz de los recientes pronunciamientos que hicieran ante la preocupante situación de Venezuela.

2.- Expresamos, ante todo el total respaldo y la sincera gratitud a la entera Conferencia Episcopal y a cada uno de los Obispos en particular, por la Exhortación Apostólica «Urge el Diálogo y la Reconciliación en Venezuela» emanada a la conclusión de su reciente Asamblea Ordinaria, el pasado 7 de julio. Reconocemos con ellos que el «…pronunciamiento sobre los problemas sociales no es una injerencia indebida en la vida política, sino el cumplimiento de nuestra obligación de iluminar la vida personal y social de los fieles desde la perspectiva del Evangelio, con criterios estrictamente pastorales» (Exh. N. 4).

3.- Cuantos se han expresado con menosprecio e incluso tratando de ridiculizar con un lenguaje descalificador a los Señores Obispos por este deber que han ejercido, parecen ignorar el verdadero significado de la dimensión socio-política de toda persona humana y de la dimensión social del Cristianismo y de la Iglesia. El pronunciarse a favor de la verdad, de la justicia y de la paz va mucho más allá de una mera actuación de partido político y al hacerlo, nuestros Pastores están expresando el sentir de todos los que, como Pueblo de Dios, integramos la Iglesia.

4.- Ello responde a cuanto señalaba recientemente Su Santidad Benedicto XVI en Aparecida: «La Iglesia es abogada de la justicia y de los pobres, precisamente al no identificarse con los políticos ni con los intereses de partido. Sólo siendo independiente puede enseñar los grandes criterios y los valores inderogables, orientar las conciencias y ofrecer una opción de vida que va más allá del ámbito político. Formar las conciencias, ser abogada de la justicia y de la verdad, educar en las virtudes individuales y políticas es la vocación de la Iglesia en este sector» (Discurso Inaugural, N.4).

5.- Reafirmamos, como hiciéramos en anteriores ocasiones, que la Democracia es el sistema político más acorde con el pensamiento cristiano. Si es verdadera Democracia, respeta la dignidad humana, da cabida a las diversidades, respeta los valores morales que se refieren a la vida personal y social, promueve el desarrollo integral de la persona y de sus derechos fundamentales y la búsqueda del bien común (cf. Comunicado C.N.L. 5.02.07).

6.- Por ello, a la honda preocupación que sentimos por la persistencia y el incremento de graves problemas sociales en nuestro País, se une la de todo aquello que atenta e hiere nuestros valores democráticos incluso desconociendo y desacatando la Constitución: el proceso de ideologización del pueblo, sin respeto de la pluralidad de pensamiento; la pretensión de monopolizar la educación; los atropellos contra la libertad de expresión; las consignas que exaltan el odio y la violencia y, sobre todo, el proyecto de una Reforma Constitucional hecha secretamente a espaldas de la sociedad venezolana y orientada al establecimiento de un sistema socialista fundado en la teoría y la praxis del marxismo-leninismo ( Exh. N. 6-11), contrarias a los principios cristianos.

7.- Solicitamos al Gobierno como administrador del Estado que ejerza responsablemente su deber de garantizar las condiciones básicas que permitan a la totalidad de los venezolanos, y no sólo a un sector de ellos, una convivencia justa, respetuosa de la diversidad, que promueva el bien común y que salvaguarde los principios fundamentales de la persona humana y de la sociedad.

8.- Con toda la Iglesia en Venezuela, los laicos católicos reafirmamos nuestra presencia para responder al llamado de paz, de justicia, de perdón y de reconciliación que nos exige el Evangelio de Jesucristo. Sin una cultura del respeto, la tolerancia, la inclusión y la aceptación del otro no se puede entablar una reflexión y diálogo nacional (N. 16). La reconciliación, la paz y la solidaridad no anulan el derecho a disentir, lo cual incluso puede conducir a la protesta legítima, pero ésta debe hacerse siempre en términos pacíficos… la «no violencia activa» la cual no implica la indiferencia ante los problemas sociales (N. 17).

9.- Reconocemos con satisfacción el movimiento estudiantil que se ha manifestado con valentía en favor de la libertad y de la reconciliación. Alentamos a los jóvenes estudiantes, principales constructores de la sociedad que anhelamos, a proseguir en su lucha pacífica por el respeto a los valores democráticos, especialmente la libertad, don inherente a la dignidad humana. A ellos ofrecemos nuestro total apoyo.

10.- Convencidos de que la Doctrina Social de la Iglesia (D.S.I.) tiene la respuesta a las exigencias más profundas de verdad y de bien para la sociedad y que es a la luz de esta, como sabremos conciliar nuestra fe con nuestra actuación socio-política, exhortamos a todos los laicos a conocerla y actuarla. «La D.S.I. quiere servir a la formación de las conciencias en la política y contribuir a que crezca la percepción de las verdaderas exigencias de la justicia y, al mismo tiempo, la disponibilidad para actuar conforme a ella, aun cuando esto estuviera en contraste con situaciones de intereses personales» (Benedicto XVI. Deus Caritas est, N.28)

11.- Por ello, y alentados por los lineamientos del Concilio Plenario de Venezuela y de la V Conferencia de Aparecida, ratificamos nuestro compromiso de incrementar las actividades encaminadas a la educación de jóvenes y adultos en los valores y virtudes del Evangelio y en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, para que, maduros en la fe puedan ejercer su protagonismo laical cristiano en la construcción de una verdadera sociedad fraterna, plural y democrática (cf. «El laico católico, fermento del Reino de Dios en Venezuela» N. 122).

12.- Hacemos un llamado a los laicos católicos del país para que estén atentos a los acontecimientos venideros y se mantengan cercanos a las directrices de la voz de la Iglesia a fin de poder discernir a la luz de la fe y bajo la guía del Magisterio, los planteamientos que han de anteceder a las propias decisiones.

13.- Conscientes de la necesidad profunda de conversión de los corazones al amor y al perdón, acogemos el llamado de nuestros Obispos a intensificar la oración por la Solidaridad y la Reconciliación en Venezuela. Además del compromiso ineludible personal y comunitario, de implorar la ayuda de Dios, el Consejo Nacional de Laicos, propone, junto a otras instancias eclesiales, la celebración de un «Día Nacional de Oración», de la cual estaremos informando oportunamente.

Share this Entry

ZENIT Staff

Support ZENIT

If you liked this article, support ZENIT now with a donation

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }