MÉXICO, domingo, 22 julio 2007 (ZENIT.org–El Observador).- Tras presentar sus cartas credenciales que lo acreditan como nuncio apostólico de Benedicto XVI ante el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, el arzobispo Christophe Pierre sostuvo una rueda de prensa en la que afirmó que en una democracia debe haber siempre posibilidad de expresión por parte de todos los grupos de la sociedad, y diálogo para construir la verdad.
Ante la reciente propuesta del cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, de una reforma a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que rige las relaciones entre el Estado y las Iglesia en México, el arzobispo se pregunto: «¿por qué la Iglesia no podría también discutir con la sociedad y con el Estado asuntos fundamentales como los derechos humanos y la libertad religiosa?».
Monseñor Chrisrophe Pierre consideró que el tema de la libertad religiosa en México «es un asunto que tiene que ser profundizado», sobre todo, ante la negativa tanto de las esferas del gobierno como de los diputados de someter a revisión cualquiera de las propuestas del cardenal Rivera Carrera, así como las impugnaciones a las normas que rigen la vida religiosa en México por parte de asociaciones y grupos de la Iglesia y de la sociedad civil.
El quinto nuncio desde que se reanudaron las relaciones entre México y la Santa Sede (1992) presentó sus cartas credenciales ante el presidente de México en una ceremonia solemne en la que también hicieron lo propio cinco nuevos embajadores.
Monseñor Christophe Pierre se refirió también, durante la rueda de prensa, al narcotráfico. «Hay que hacer todo para evitar este mal; los que practican el narcotráfico están destruyendo el bien común», concluyó.