Es «monstruoso» permitir la fabricación de embriones híbridos

Monseñor Screccia llama a la movilización de la comunidad científica

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ROMA, viernes, 7 septiembre 2007 (ZENIT.org).- La decisión de la Autoridad Británica para la Fertilización y la Embriología (HFEA) de permitir a los científicos crear embriones híbridos a partir de seres humanos y animales, para la investigación, ha sido calificada por el obispo Elio Sgreccia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, como «un acto monstruoso contra la dignidad humana».

Monseñor Sgreccia añadió que «es necesario que la comunidad científica se movilice cuanto antes. El Gobierno británico, según monseñor Sgreccia, «ha cedido a las exigencias de un grupo de científicos», en detrimento «ciertamente de la moral».

El prelado declaró al diario italiano «Il Corriere della Sera: «Es necesario que la comunidad científica se movilice lo más pronto posible».

En una declaración, la agencia británica anunció que ahora considerará dos propuestas de investigación para crear tales embriones –que los científicos han denominado ‘quimeras’, como las existentes en la mitología griega, que tenían parte humana y parte animal–. La agencia espera tener una decisión sobre ambas propuestas en noviembre próximo.

La agencia añade que «no se trata de dar luz verde de manera indiscriminada… a la investigación con híbridos, sino el reconocimiento de que este área de investigación puede permitirse siempre que sea con cuidado y discernimiento cuidadoso».

Monseñor Screccia afirma en sus declaraciones que la decisión británica marca un punto de no retorno: «Esta frontera, la del cruce de distintas especies, ha sido traspasada hoy con la decisión de ir adelante del Gobierno británico. Hasta hoy, estaba prohibida en el campo de la biotecnología y no sólo por parte de las asociaciones religiosas».

El obispo, de 79 años, añade que, con esta decisión, «la dignidad humana está en peligro, ha sido agraviada».

Señala que la autoridad británica estipula en su decisión que el embrión híbrido sea destruido antes de los 14 días, «porque existe la conciencia de que el resultado será una monstruosidad».

«La política que ha sido aprobada es repugnante desde un punto de vista emocional, pero es también irracional –añadió monseñor Sgreccia–. Explicó que la ética de Maquiavelo está siendo usada para justificar una causa noble –la curación de enfermedades–, con malos medios, aplicados a la investigación científica».

Y añade: «Nos encontramos ante una subversión de la ética. O mejor todavía: Con esta decisión de ir adelante, nos quedamos completamente fuera del fin de la ética y de la humanidad».

Por su parte, el arzobispo Peter Smith de Cardiff, Gales, presidente del Departamento de Responsabilidad Cristiana y Ciudadanía, de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, dijo en una declaración el pasado 5 de septiembre que esta decisión tomada por los legisladores británicos tiene un «profundo significado».

«Los seres humanos –añadió–, tienen una única naturaleza, específicamente distinta de la todos los demás animales, y la profunda cuestión ética es: ¿Es correcto transgredir las fronteras de las especies e intentar mezclar las naturalezas humana y animal, aunque sea de una manera limitada?»

Los científicos quieren crear embriones híbridos –lo cual se realizará inyectando ADN humano en óvulos de vacas y conejos- en un intento de extraer células estaminales. Quienes apoyan el proyecto afirman que esto resolvería el problema de encontrar buenos óvulos humanos de calidad.

El arzobispo Smith lanzó el interrogante de por qué se necesita «una investigación como la de embriones híbridos, tan problemática desde el punto de vista ético» cuando la investigación con células estaminales procedentes de adultos y del cordón umbilical han sido aprobadas con éxito.

«La Iglesia católica no está en contra de toda la investigación con célula estaminales –dijo–, y apoya con fuerza la investigación a partir de células adultas y del cordón umbilical. Esto ya ha llevado a importantes beneficios clínicos, mientras que parece que la investigación con células estaminales procedentes de embriones todavía no ha producido ninguno».

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ZENIT Staff

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