VIENA, domingo, 9 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha tomado papel y pluma para asegurar a los niños de la Pontificia Obra Misionera que ve en ellos a auténticos colaboradores.
Este domingo, tras haber celebrado la santa misa en la catedral de Viena y tras rezar el Ángelus en la plaza contigua, se detuvo a saludar a un grupo de niños que le entregaron dos volúmenes con cartas y dibujos que le han dirigido para darle la bienvenida en Austria.
Benedicto XVI quiso darles las gracias a ellos y a todos los niños del país con una misiva entregada al director nacional de la Pontificia Obra Misionera de la Infancia en ese país, el padre Leo Maasburg.
«Veo en vosotros a pequeños colaboradores en el servicio que el Papa ofrece a la Iglesia y al mundo: me apoyáis con vuestra oración y también con vuestro compromiso a difundir el Evangelio», escribe el obispo de Roma.
«De hecho, hay muchos niños que todavía no conocen a Jesús. Y, por desgracia, hay muchos que tampoco cuentan con los necesario para vivir: comida, atención sanitaria, educación; a muchos les falta la paz y la serenidad».
«La Iglesia les presta una atención especial, especialmente a través de los misioneros; y también vosotros estáis llamados a ofrecer vuestra contribución, tanto personalmente como en grupo», asegura el Papa en su carta a los niños.
«¡La amistad con Jesús es un don tan bello que no se puede guardar para uno mismo! –concluye la misiva– Quien recibe este don tiene necesidad de transmitirlo a los demás; y de este modo el don, compartido, no disminuye, sino que se multiplica. ¡Seguid así!».