Durante este mes se han registrado numerosas manifestaciones de protesta no violentas, encabezadas por los monjes budistas del país. El Gobierno militar ha decidido incrementar el uso de la fuerza en respuesta a estas marchas.
Las fuerzas de seguridad birmanas cargaron de nuevo el viernes contra miles de manifestantes en el centro de Rangún, mientras la junta militar ordenó suspender el principal enlace de internet con el exterior.
En un comunicado enviado a Zenit, Caritas exhorta a dicho Gobierno a respetar los derechos humanos de la población civil, «incluyendo su derecho a protestar pacíficamente».
Así mismo, Caritas pide a la comunidad internacional que use su influencia ante el Gobierno birmano, «con el fin de conseguir una resolución no violenta de la actual situación».
Caritas afirma que China, India y la Asociación de Naciones del Suroeste Asiático (ASEAN) podrían hacer más para mediar con Myanmar.
Lesley-Anne Knight, Secretaria General de Caritas Internationalis, ha declarado: «Condenamos la violenta respuesta a las manifestaciones pacíficas y expresamos nuestras solidaridad con la población de Myanmar. La comunidad internacional debería seguir de cerca lo que sucede en Myanmar, en estos momentos y los próximos días, ya que tememos ulteriores repercusiones contra los monjes y la población civil».
Caritas se une al Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, a la hora de exhortar a las autoridades para que encuentren una solución pacífica a la crisis y que esa se traduzca en acción.
«El Consejo de Seguridad de la ONU debe demostrar su responsabilidad y compromiso con el pueblo de Myanmar y seguir intentando encontrar una solución pacífica a la crisis», considera Cáritas.
El miércoles, habían muerto cuatro personas –un civil y tres bonzos– y un centenar de personas resultaron heridas en las acciones violentas.
Pero el viernes, el embajador australiano en Birmania, Bob David, afirmó que el número de muertos desde el inicio de las protestas es mucho mayor que las cifras oficiales anunciadas por el régimen militar birmano.