CARACAS, lunes, 12 noviembre 2007 (ZENIT.org).- La presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana, en tono moderado, y otros grupos sociales del país caribeño, en diversos tonos --rectores y estudiantes de las universidades y el Parlamento-- coincidieron el pasado fin de semana en deplorar la violencia callejera.
Mientras tanto, este domingo se realizaron grandes marchas de los partidos que propugnan el «no» a la reforma, y partidarios del Gobierno de Hugo Chávez lo harán la próxima semana.
El departamento de Medios de Comunicación de la Conferencia Episcopal Venezolana hizo llegar a Zenit un comunicado titulado «¡Busca la paz y anda tras ella!», en el que la presidencia de la conferencia de los obispos venezolanos --Ubaldo Santana, arzobispo de Maracaibo, presidente; Roberto Lückert, arzobispo de Coro, vicepresidente; Jorge Urosa, cardenal arzobispo de Caracas, vicepresidente; Ramón Viloria, obispo de Puerto Cabello, secretario general-- hace un llamamiento a moderar la violencia de algunas manifestaciones callejeras.
El comunicado, de 8 de noviembre, es anterior a los enfrentamientos violentos producidos este fin de semana.
El motivo del comunicado lo explican los líderes eclesiales en el primer punto de su mensaje: «Ante la propuesta de Reforma Constitucional, apoyada por unos y cuestionada por otros, Venezuela vive momentos de gran intensidad política, que han llevado a legítimas manifestaciones estudiantiles pero también a actos de violencia verbal y física que perturban la paz».
Asegura que quieren «contribuir a rescatar y promover el necesario clima de convivencia social» por lo que hacen «un llamado a todo el pueblo venezolano, y en particular a los poderes nacionales, y a los dirigentes sociales, políticos y estudiantiles, de cualquier sector o simpatía política, a poner todo el empeño en actuar con serenidad, con espíritu realmente democrático, dentro del marco de la Constitución y las leyes, para mantener la paz y evitar cualquier acto de violencia, que rechazamos venga de donde venga. Es preciso evitar los enfrentamientos violentos entre los venezolanos».
Los líderes eclesiales reconocen que «las manifestaciones pacíficas son una legitima expresión (Art. 68) de la pluralidad política consagrada en nuestra Carta Magna como uno de los valores superiores del Estado (Art.2)» por lo que indican que «no se deben satanizar dándoles a priori connotación de ‘conspiración desestabilizadora’».
Deploran también «los actos de violencia que se han producido en algunas universidades, los cuales deben ser debidamente esclarecidos y sancionados de conformidad con la Constitución y las leyes».
Piden a los poderes públicos que sean equitativos a la hora de reprimir manifestaciones de parte y parte: «El Estado y el Gobierno están constitucionalmente obligados a garantizar a todos los venezolanos el disfrute progresivo de los derechos humanos (Art. 19), particularmente el derecho a manifestar pacífica y públicamente su acuerdo o desacuerdo con la propuesta de la Reforma Constitucional sin ser objeto de ataques, descalificaciones u ofensas. Cualquier acción violenta por grupos afectos o contrarios al Gobierno debe ser controlada por el Estado en cumplimiento de ese deber constitucional».
Llaman «a todos los ciudadanos, a los dirigentes políticos tanto del oficialismo como de la oposición y, en particular, a las autoridades nacionales, --que por su investidura marcan siempre el ritmo del país--, a la sensatez y al respeto a todos los venezolanos, a la ponderación y a la tolerancia política, y a la resolución de los conflictos con el coraje de utilizar el dialogo y el entendimiento para resolver nuestras diferencias».
Y advierten: «Nadie tiene derecho a agredir, descalificar u ofender a quienes disientan de su opinión».
Por último reiteran su disposición «a favorecer el encuentro con el dialogo constructivo, y a seguir trabajando en cumplimiento de nuestra misión evangelizadora para que Venezuela sea realmente de todos, y caminemos juntos por los senderos de la verdad, la justicia, la libertad y la paz».
Concluyen invitando «a la intensa oración por Venezuela», e imploran sobre «nuestra querida Patria la bendición de Dios Nuestro Señor y la maternal protección de Nuestra Patrona, la Virgen de Coromoto».
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Nov 12, 2007 00:00