En el marco de este Congreso cuyo tema será «Dios en la vida pública», Weigel se preguntó en su intervención si se puede considerar a la democracia como «una maquinaria» capaz de funcionar por sí sola y respondió que la democracia no sobrevive sin una «cultura democrática» que la sostenga.
Para ejemplificarlo dijo que en la República de Weimar bastó la depresión económica, no sólo para «colapsar la maquinaria», sino para producir una tragedia europea.
«Se necesita cierto tipo de persona para que funcione la democracia», subrayó. Un tipo de persona que según Weigel debería ser capaz de saber «por qué el modo democrático de vida» es superior a otros tipos de organizaciones sociopolíticas; por qué en democracia somos «cívicos» con los que no estamos de acuerdo; por qué respetamos los derechos humanos; o por qué «es mejor la ley que la coacción». Para el escritor, «sin respuestas persuasivas» ante estas preguntas, estaremos ante una «democracia débil».
En este contexto, Weigel sostuvo también que en una democracia, no se pueden rehuir «las argumentaciones morales», sino más bien que es necesario pensar «los valores de la democracia», en estos términos. El escritor podrá desarrollar seguramente algunos de estas ideas en la conferencia inaugural del Congreso, que estará a su cargo, y en la que hablará de «Laicidad y Laicismo en la sociedad democrática».
Sobre estas cuestiones, Weigel respondió a los periodistas que asistieron a la presentación del Congreso que «la democracia invita a las personas a que puedan exponer sus convicciones en la vida pública», y los católicos no pueden ser una excepción, sino que están obligados a «traducir sus convicciones sobre la fe a un lenguaje que puedan comprender las personas que no han recibido el regalo de la fe».
Por su parte, el presidente de la ACdP, recordó la trayectoria de los Congresos Católicos y Vida Pública y dijo que se han convertido en un «referente del catolicismo social», en los que se han planteado siempre «cuestiones que afectan a los católicos en la vida pública». Dagnino subrayó que este año se trata de lo fundamental, «Dios», en unos momentos en los que «se niega» su posibilidad en la vida pública.
Finalmente, el director del Congreso, argumentó que la iniciativa quiere ser «una propuesta de razón pública y razón social, basada en la belleza de la propuesta cristiana». Siguiendo el esquema de años anteriores, Serrano explicó que el programa del Congreso se estructurará en torno a las grandes ponencias, cuyos criterios darán pie al desarrollo de tres mesas redondas paralelas, en torno a cada una.
Las cuestiones centrales serán «Laicidad y Laicismo en la sociedad democrática»; «Los límites del poder en la democracia»; «Los límites del poder en la democracia»; «Occidente contra Occidente»; «Ciudadanía cristiana: libertad y conciencia»; y «Exigencia y compromiso del católico en la vida pública», la conferencia de clausura que pronunciará el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco.
Serrano destacó que en esta edición del Congreso se ha querido «potenciar la presencia de los jóvenes»; en este sentido, muchos universitarios han preparado comunicaciones que presentarán en el Congreso. Asimismo, en la «noche joven» del viernes, y tras la Hora Santa que presidirá el obispo de Palencia, monseñor José Ignacio Munilla, los jóvenes podrán plantear de forma abierta las cuestiones que deseen en una mesa de debate en la que participarán la periodista Cristina López Schlichting y la política Gotzone Mora, entre otros.
Por último, y de forma paralela a las sesiones para los adultos, alrededor de 150 niños participarán en el Congreso infantil, en el que el tema «Dios y la vida pública» se les presentará a través de la experiencia de «niños santos».
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Nov 13, 2007 00:00