Cada «niño de diseño» implica la muerte de 30 embriones humanos

Conclusiones del VI Congreso Nacional de Bioética

Share this Entry

VALENCIA, lunes, 19 noviembre 2007 (ZENIT.org).- El VI Congreso Nacional de Bioética que con el lema «Bioética, Política y Sociedad» se ha desarrollado durante del 15 al 17 de noviembre en la Universidad Católica de Valencia «San Vicente Mártir» (UCV), concluyó alertando sobre el fenómeno de los «niños de diseño», que se producen para poder donar su sangre a un hermano enfermo.

Según explica la agencia AVAN, al clausurar el Congreso, el director del Instituto Ciencias de la Vida de la UCV, Justo Aznar, resalto que «son muchos los problemas éticos que suscitan pero sin duda, uno de los más llamativos es objetivar el número de embriones humanos que se destruyen para conseguir uno de estos niños».

Aznar explicó que es absolutamente equivocada la opinión de que cuando una pareja desea producir uno de estos niños basta con que acuda a un centro de técnicas de procreación asistida para conseguirlo.

«Nada más alejado de la realidad, pues es muy infrecuente que el embrión idóneo se consiga en el primer intento. Muchas parejas requieren cuatro, cinco o seis intentos. Y muchas no lo consiguen», subrayó.

Además, «para conseguir el primer “niño de diseño”, Adam Nash, se produjeron 33 embriones. Es decir se destruyeron 32 vidas embrionarias humanas para conseguir que naciera Adam, lo que supone una eficiencia del 3 por ciento».

Otras experiencias similares aportan datos parecidos. «En una clínica de reproducción asistida se produjeron 466 embriones para conseguir 5 niños. En otra se produjeron 1130 embriones para conseguir 13 nacidos útiles. En el caso del primer niño de diseño nacido en España, aunque las experiencias se realizaron en Chicago, se produjeron 37 embriones para conseguir un solo niño útil, con una eficiencia 2,7 por ciento», reveló.

En general, «la eficiencia de la técnica está entre el 1 por ciento y el 3 por ciento, lo que significa que para conseguir 1, 2 o 3 niños de diseño útiles para tratar a un hermano enfermo hay que destruir 100 embriones humanos».

Ante esto, el profesor Aznar explicó que «sin duda, plantea importantes problemas éticos y sobre todo, es algo que los padres deberían conocer antes de iniciar el proceso de producción de un hijo de diseño».

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }