ESTRASBURGO, martes, 20 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Con una resolución aprobada el pasado 15 de noviembre, el Parlamento Europeo condenó los recientes atentados contra comunidades cristianas y pidió a los Gobiernos de los países implicados que tutelen los derechos de todos los ciudadanos y combatan los actos de discriminación e intolerancia. También condicionará sus ayudas a los países al respeto a esta libertad fundamental.
El texto de le resolución los «Graves episodios que comprometen la existencia de las comunidades cristianas y de otras comunidades religiosas» fue propuesto por el Partido Popular Europeo (PPE), democristiano, y logró un acuerdo, tras largas negociaciones, con los grupos Partido Socialista Europeo, la Alianza de los Liberales Demócratas Europeos (coalición ALDE), la Unión por la Europa de las Naciones (UEN), e Izquierda Unitaria Europea (GUE).
El documento cita casos concretos de intimidaciones, secuestros y asesinatos que tuvieron lugar en Irak, asaltos a iglesias cristianas, el asesinato de un obispo protestante, y la bomba contra una escuela dirigida por misioneros en Pakistán; el asesinato del dueño de una librería cristiana en Gaza, y el asesinato de dos jóvenes coptos en Egipto.
Además, deplora el secuestro en Filipinas del padre Giancarlo Bossi, condena el asesinato del periodista Hrant Dink, del sacerdote Andrea Santoro, y de tres cristianos en la casa editorial Zirve, en Turquía.
Subraya además la gravedad de la situación de la libertad de expresión en China, con las detenciones de fieles y obispos católicos; pone el acento en las persecuciones actuales en Sudán, y evoca la «fuerte represión» contra la Iglesia Católica en Vietnam, contra las comunidades de los ‘montagnard’ (cristianos del altiplano) y contra otras religiones.
En algunas declaraciones enviadas a Zenit, Mario Mauro, vicepresidente del Parlamento Europeo y principal promotor de la resolución, afirma que «la libertad religiosa es el papel tornasol para revelar el respeto de todas las otras libertades y derechos humanos».
«La persecución de los cristianos en el mundo --añade-- es uno de los desafíos más grandes contemporáneos a la dignidad de la persona».
«Por este motivo, por primera vez en su historia, el Parlamento expresó una ‘fuerte condena' de 'todos los actos de violencia contra las comunidades cristianas, donde quiera que se den’ y pide a los gobiernos implicados de que entreguen a la justicia a quienes se manchan con tales crímenes», añade.
«Como atestigua el asesinato en Gaza de Rami Khader Ayyad, estas son sólo las puntas de procesos más largos y soterrados que se están dando en Palestina, en el Líbano, y en otras áreas de la región, donde las comunidades cristianas, obligadas a la marginación, se van reduciendo hasta correr el riesgo de su extinción», explica el europarlamentario.
En la resolución, se expresa preocupación por el éxodo de los cristianos de Irak y se subraya el hecho de que «en 2006, cerca del 24% de los 38.000 iraquíes registrados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Siria, eran cristianos, y de que la gran parte de los desalojados internos en Irak --que son más de dos millones-- pertenece a minorías cristianas dirigidas en su mayor parte hacia la llanura de Nínive».
El documento recuerda además que la Unión Europea «se ha expresado repetidas veces en favor de los derechos de las comunidades religiosas y de la protección de su identidad, en cualquier parte del mundo, así como en favor del reconocimiento y la protección de las minorías religiosas, sin distinciones».
Preocupado por el multiplicarse de episodios de intolerancia y de represión contra las comunidades cristianas en África, Asia y Medio Oriente, el Parlamento Europeo reafirma la defensa «de los principios de libertad de pensamiento, de conciencia, de religión y de libre culto».
Se subraya por tanto «la laicidad del Estado y de sus instituciones públicas» y les recuerda el deber «de garantizar tales libertades, comprendida la de cambiar de religión».
La resolución sostiene luego «la importancia del diálogo entre religiones para promover la paz y la comprensión entre los pueblos» y llama a los líderes religiosos al compromiso de oponerse a «los extremismos y promover el respeto recíproco».
De este modo, el Parlamento Europeo vuelve a sostener «con convicción todas las iniciativas de promoción del diálogo y respeto recíproco entre las religiones» e invita «a todas las autoridades religiosas a promover la tolerancia y a asumir iniciativas contra el odio, la radicalización violenta y el extremismo».
«Gracias al voto --comenta Mario Mauro-- de ahora en adelante la Comisión Europea deberá prestar una mayor atención a que, cada elaboración e implementación de programas de cooperación y ayuda al desarrollo, se conceda sólo si se respeta el principio de una verdadera libertad religiosa».
«Europa, siempre en primera fila en la defensa de los derechos de las minorías, no puede seguir ignorando el creciente exterminio de tantos cristianos», añade.
«Hoy el Parlamento Europeo ha dado una gran señal de disponibilidad política y cultural, desmarcándose de ese integrismo laicista del que Europa es cada vez más a menudo acusada», concluye.