CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 21 noviembre 2007 (ZENIT.org).- «No hay verdadero desarrollo sin vocación y no hay vocación sin Dios»: lo dijo el cardenal Renato R. Martino, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, al inaugurar este martes, en Roma, la Asamblea Plenaria de su Discasterio en el 40° aniversario de la «Populorum Progressio» de Pablo VI.
Al tomar la palabra, el purpurado subrayó la actualidad de la encíclica del Papa Montini, frente a los desafíos de la verdad sobre el hombre, del diálogo y de la globalización.
En este sentido, destacó algunos temas de la «Populorum Progressio»: la visión del desarrollo integral, el llamamiento a la voluntad de todos los hombres para afrontar y resolver la plaga del hambre, la señalación de la urgencia de una movilización coral de la comunidad internacional.
Según el cardenal Martino, del documento papal se deriva, para el Consejo Pontificio, la triple tarea de promover: «un humanismo abierto hacia lo Absoluto», ya que, sin Dios, a la humanidad entera le cuesta trabajo descubrir su vocación de ser una única familia; «un pensamiento nuevo sobre la acción humana», que supere la preeminencia técnica del hacer sobre el recibir y del producir sobre el acoger; «la fraternidad entre los hombres», para liberar el desarrollo de una interpretación materialista.
Citando el párrafo 15 de la «Populorum Progressio», el presidente del dicasterio vaticano explicó que «no hay desarrollo sin un proyecto sobre nosotros y sin nosotros como proyecto»; y que por esto el desarrollo no es «algo facultativo sino un deber a asumir».
Según el cardenal Martino, la encíclica es «la invitación a asumir la responsabilidad de la propia vocación de hombres, según el plan de Dios».
«Sin Dios –añadió el purpurado– al hombre le cuesta trabajo leer en la propia naturaleza una vocación; sin Dios, a los pueblos les cuesta detectar en su historia y en su cultura, una vocación; sin Dios, a la humanidad entera le cuesta descubrir la vocación de ser una única familia».
Recordó a su predecesor en la guía del dicasterio, el cardenal vietnamita François Xavier Nguyên Van Thuân (1928-2002), cuya causa de beatificación fue iniciada el pasado 16 de septiembre, a los cinco años exactos de su muerte, por iniciativa del Consejo Pontificio Justicia y Paz, y con la aprobación y el aliento del Santo Padre.
Más tarde el cardenal Martino presentó el programa de los trabajos y anunció el II Congreso Mundial de los organismos eclesiales que actúan por la justicia y la paz, que se celebrará en Roma, en el Hotel Ergife, tras la Plenaria, del 22 al 24 de noviembre sobre el tema: «40 Aniversario de la ‘Populorum Progressio’: el desarrollo de todo el hombre, el desarrollo de todos los hombres».
El congreso afrontará los desafíos actuales del desarrollo a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, en especial las de la ecología humana, del pluralismo y del diálogo intercultural, así como de la nueva gobernalidad en el ámbito de la globalización. Se profundizará también en el compromiso pastoral de la Iglesia por el desarrollo integral y solidario en el mundo.
Entre las intervenciones de mayor relieve, además de las de los cardenales Tarcisio Bertone –secretario de Estado–, Renato Martino y del indio Telesphore Toppo, se contará con las ponencias del presidente de la Teológica de la Italia Septentrional, monseñor Franco Brambilla –nuevo obispo auxiliar de Milán–, del politólogo indonesio Pius Suratman Kartasasmita, del internacionalista canadiense Louis Sabourin, de la filósofa argentina María Celestina Donadio y del economista congoleño Evariste Mabi Mulumba.