ROMA, domingo, 2 diciembre 2007 (ZENIT.org).- La prueba de que el cristianismo «funciona» no es la vitalidad de la Iglesia sino «el santo, el que aplicando literalmente el Evangelio ha demostrado a todos que Cristo tenía y continúa teniendo razón».
Es la conclusión a la que llega el prefecto para la Congregación de la Causa de los Santos, el cardenal José Saraiva Martins, CMF, al reflexionar sobre el papel que hoy tienen los santos.
El purpurado portugués, autor de 29 libros y de más de 400 artículos, ofreció una conferencia sobre este tema en la Embajada de la República Argentina ante la Santa Sede y la Soberana Orden de Malta el 26 de septiembre, recogida ahora en un cuaderno de conferencias de la representación diplomática.
En su charla, el cardenal, que desde el 30 de mayo del año 1998 es prefecto sobre la Congregación para la Causa de los Santos, destacó cómo «ser santos hoy, si somos realistas, no parece el primer interés de las personas».
Es más –confesó– «decir de alguien que es un santo no es siempre un piropo», ya que «la palabra santo parece implicar algo demasiado sacro, demasiado lejano, incluso inhumano».
Para el purpurado, «los santos hacen pensar en una idea de perfección, de ascesis represiva, de contemplación estática y de heroísmo», con lo cual enseguida uno se pregunta «Entonces, los santos hoy, ¿son figuras inútiles?».
La respuesta del cardenal es tajante: «Necesitamos modelos de vida, ejemplos cargados de sentido».
Refiriéndose concretamente a los santos de Latinoamérica, destaca que «los siervos y siervas de Dios están caracterizados por una piedad eucarística y cristocéntrica» y de las causas que están en estudio en este subcontinente «más de 40 de 100 son mujeres».
Hablando de los santos proclamados en época de Juan Pablo II, recordó que en total fueron 1.820, 482 santos y 1338 beatos, de los cuales 522 son laicos (248 santos y 274 beatos).
Por Miriam Díez i Bosch