CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 7 febrero 2008 (ZENIT.org).- Desde que Juan Pablo II escribió la carta «Mulieris dignitatem», hace 20 años, el balance es «positivo» y «tenemos que estar contentas porque se ha hecho ya mucho por la mujer».
Lo revela a Zenit Rocío Figueroa, responsable del sector mujer del Pontificio Consejo para los Laicos en el congreso vaticano «Mujer y varón, la totalidad del humanum» que se celebra en Roma hasta el sábado.
El acontecimiento, que tiene lugar en un hotel de Roma, reúne a mujeres de todo el mundo para reflexionar junto a varones, algunos de ellos cardenales, obispos y sacerdotes, sobre la reciprocidad y la complementariedad entre hombre y mujer.
Figueroa explica que «la mujer poco a poco, tanto en la historia como en la misma Iglesia ha ido ayudando en este proceso en el que tome conciencia de su propia dignidad».
La representante del dicasterio vaticano hace notar que «ante todo estamos celebrando un evento importantísimo» pues se trata de un documento dedicado por la Iglesia «totalmente a la mujer».
Ahora bien, aclara, «actualmente para promover a la mujer se necesita también hablar del hombre, se tiene que hablar ahora de la complementariedad, de la reciprocidad entre el hombre y la mujer».
«Las nuevas tendencias culturales tienden muchas veces por un lado a generar o un conflicto entre el hombre y la mujer o, por otro, a eliminar las diferencias entre hombre y mujer», constata.
«Creo que estamos en una etapa en la que Iglesia tiene que dar un mensaje positivo, de reconciliación, de síntesis, de reciprocidad entre hombre y mujer para construir y edificar la sociedad y edificar la Iglesia», alienta.
Además, prosigue la doctora en teología, subrayando «su misión en el ámbito de la familia y en el ámbito privado», se ha subrayado que la mujer «debe ser responsable y protagonista en la sociedad, en los distintos ámbitos de la cultura, en la misma Iglesia».
No todo es positivo: «Creo que sin embargo todavía hay mucho por hacer, creo que hay todavía muchos países del mundo, hay situaciones penosas en los que la idea de la mujer viene todavía minusvalorada».
Por eso, aclara, el congreso busca analizar qué es lo que hay que hacen «en distintos lugares» para que «la mujer tome consciencia de su vocación y su misión en la Iglesia y en la sociedad».
«El Consejo Pontificio para los Laicos es consciente: la mitad de las mujeres, la mitad del catolicismo somos mujeres; somos más porque las iglesias están siempre llenas de mujeres».
Rocío Figueroa revela que «el Papa está contento con la iniciativa» y recibirá a los participantes en el congreso este sábado. «Todos estamos a la espera de sus palabras porque creo que su mensaje es un mensaje que va a llegar a todas las mujeres en el mundo».
En este congreso hay 260 participantes, de 46 países, 40 conferencias episcopales y de16 asociaciones femeninas católicas. Entre las participantes figuran Janne Haaland Matlary, Blanca Castilla de Cortázar o Hanna Barbara Gerl-Flakovitz.
Por Miriam Diez i Bosch