El cardenal Vithayathil, nuevo presidente de los obispos de la India

Elegido el jefe de la Iglesia siro-malabar, de 80 años

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JAMSHEDPUR, miércoles, 19 febrero 2008 (ZENIT.org).- El cardenal Varkey Vithayathil, de 80 años, ha sido elegido nuevo presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de la India.

El cardenal Vithayathil, arzobispo mayor siro-malabar de Ernakulam-Angamaly, fue elegido el 19 de febrero durante la asamblea plenaria de los obispos. Sucede al cardenal Telesphore Toppo, arzobispo de Ranchi.

El cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay y presidente de la conferencia episcopal de rito latino del país, fue elegido como primer vicepresidente

El arzobispo mayor Isaac Cleemis Thottunkal de Trivandrum fue elegido segundo vicepresidente, y el arzobispo Stanislaus Fernandes resultó reelegido como secretario general.

Varkey Vithayathil nació en 1927. Ingresó en los Redentoristas y fue ordenado sacerdote en 1954.

En 1955, fue a Roma para estudiar derecho y doctorarse en el origen y progreso de la jerarquía siro-malabar.

El padre Vithayathil fue ordenado obispo por Juan Pablo II en 1997. En 1999, fue nombrado arzobispo mayor de la Iglesia Siro-Malabar y arzobispo de Ernakulam-Angamaly.

Fue creado cardenal en 2001.

Es miembro de la Congregación para las Iglesias Orientales, del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

«Mi prioridad es hacer que los tres cuerpos episcopales –el siro-malabar, el siro-malankar y las Iglesias latinas– trabajen juntos con mayor cohesión, comunión y cooperación en unidad de espíritu», dijo a AsiaNews. Aunque «mi elección como presidente fue completamente inesperada, dada mi edad […] He aceptado humildemente».

La Iglesia siro-malabar está compuesta por unos 3,5 millones de los 16 millones de católicos de la India.

El nuevo presidente dijo: «La conferencia tratará de usar todos los recursos y personal de la Iglesia católica para asegurar que en Asia los estratos pobres y vulnerables de la sociedad obtengan un mejor trato, que los marginados sean incluidos en la misión de caridad de la Iglesia mediante la educación y los servicios de salud».

Pero afirmó que la evangelización «no es sólo hacer trabajo social sino la proclamación directa y explícita del mensaje, obras y promesas de Jesucristo. Es esencial que comuniquemos la Buena Noticia con valentía y empeño, llevando alegría y plenitud a la vida de la gente».

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ZENIT Staff

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