MADRID, miércoles, 27 febrero 2008 (ZENIT.org).- Ha desembarcado en Internet «Generación Benedicto» (www.generacion-benedicto.es), una red de jóvenes de todo el mundo, surgida en las Jornadas Mundiales de la Juventud celebradas en agosto de 2005 en la ciudad alemana de Colonia.
Junto al lanzamiento de su web, este grupo ha publicado un libro cuyo prólogo está escrito por el Papa Benedicto XVI, editado por Ediciones Palabra. El original se publicó en alemán.
En el volumen hay doce jóvenes de Alemania, Italia, Francia, Estados Unidos y México que han presentado doce preguntas al Papa y que ellos mismos responden.
Los representantes de la «Generación Benedicto» son jóvenes que orientan su vida a la fe católica dispuestos a declarar y explicar públicamente su fe, explican los promotores de la iniciativa.
La «Generación Benedicto» es una red mundial. Representa en el mundo de los medios a millones de jóvenes, que quieren exponer una posición positiva respecto al Papa Benedicto XVI y a la Iglesia católica en las Jornadas Mundiales y en la vida social.
Ignacio Díaz Ventura, miembro del grupo en España, cuenta a Zenit que «Generación Benedicto ha escogido como modelo al ya fallecido Papa Juan Pablo II, ya que él ha inspirado a todos los representantes de esta iniciativa de formas muy diversas, fomentando su fe y todos los pensamientos filosóficos relacionados con ella. La cercanía a Juan Pablo II debe ser obligada para Generación Benedicto y tiene que ser un medio de identificación».
Estos jóvenes pretenden vivir su fe con naturalidad, afirma a Zenit Ventura: «A mi parecer es inconcebible ser una persona de fe, es decir, amiga de Dios, sin «naturalidad y entusiasmo»». «Cuando uno es consciente de las maravillas que Dios ha prodigado en su vida –que Dios, ¡el todopoderoso!, sea tu amigo más íntimo– es inevitable vivir entusiasmado; lo contrario sería «anti-natural»», añade.
«Creo que la fidelidad puede ser una de las notas que mejor caracteriza la «empresa» de los jóvenes de Generación Benedicto», sigue aclarando.
«Nosotros –no por méritos propios– hemos conocido el amor fiel e incondicional que Dios nos tiene, y eso nos ha llevado a perder el miedo, tan propio en el hombre de hoy», indica este joven.
«Es de justicia, que éste gran tesoro que hemos recibido –la paz interior– dé su máximo rendimiento. Por este motivo, como correspondencia al amor fiel de Dios, quizá sea la fidelidad nuestra gran determinación; fidelidad –sobre todo– a la Iglesia católica en su misión de llevar a Jesucristo a todos los extremos del orbe», reconoce.
Lo más interesante de Benedicto XVI, para ellos, es su pasión por la verdad.
«Creo que a los jóvenes nos atrae lo apasionado, que se suele traducir en la entrega por algún ideal», afirma.
«Benedicto XVI nos ha demostrado, con el testimonio de toda su vida, que está locamente enamorado de la verdad, de una verdad reducida a discurso intelectual, sino de la verdad en persona: Jesucristo; el mismo, ayer, hoy y siempre».
Por Miriam Díez i Bosch