ROMA, miércoles, 14 mayo 2008 (ZENIT.org).- Por primera vez los Movimientos por la Vida de Europa se han reunido en Roma; es también la primera ocasión que promueven de manera unitaria proyectos comunes.
La cita se celebró el pasado domingo, como momento previo a la vigilia de oración del mismo día de Pentecostés y de la audiencia concedida por Benedicto XVI el lunes.
La reunión del 11 de mayo incluyó a las delegaciones de los Movimientos por la Vida (MpV) de Italia, Alemania, Polonia, Malta, Bélgica, Eslovaquia, Croacia y Noruega. Hicieron llegar su adhesión las delegaciones de Francia y Rumanía. Estuvo también presente en la convocatoria romana el delegado de Vida Humana Internacional.
El encuentro de Roma se sitúa en la estela del que se celebró en Estrasburgo el 10 y 11 de diciembre pasado, entonces para dar voz al pueblo de la vida organizando iniciativas comunes a todos los movimientos europeos que persiguen este empeño.
En la ciudad francesa, a propuesta del presidente del MpV italiano Carlo Casini, los cerca de cuarenta representantes -de casi todos los países europeos– de movimientos y asociaciones por la vida y la familia aceptaron unánimemente la iniciativa de recoger 10 millones de firmas del 12 de diciembre de 2007 al 10 de diciembre de 2008, por el 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
El domingo pasado en Roma Casini subrayó el texto de tal petición, compartida por los diversos movimientos en una línea de acción a fin de que las instituciones europeas reconozcan «el derecho a la vida desde la concepción».
«Los firmantes piden que en la base de la interpretación, de la promoción y de la actuación de los derechos humanos se sitúe siempre el reconocimiento del derecho a la vida de todo ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural y a partir de la familia como núcleo fundamental del Estado, constituida mediante el matrimonio entre una mujer y un hombre», se lee en el texto.
El 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, que se celebra este año, impulsa a los movimientos europeos por la vida y la familia a solicitar a las instituciones y naciones europeas que ratifiquen de manera clara que en el fundamento de todo derecho se encuentra la defensa de la vida humana y de la familia, y que la vida comienza desde el momento de la concepción.
La adhesión de los movimientos a esta iniciativa fue inmediata; y las delegaciones proponen ampliar la recogida de firmas involucrando a evangélicos, ortodoxos y no creyentes, en fin, cuantos sean favorables a la vida y a la defensa de los derechos humanos.
En la reunión del domingo se han conocido muchas iniciativas. Entre ellas, la delegación de Malta ha explicado la exitosa campaña nacional «+9» el «don de la vida», orientada a la toma de conciencia de que cada uno tiene nueve meses más de vida: la transcurrida en el seno materno. Este sencillo mensaje se está difundiendo más allá de la Isla maltesa y su sentido educativo está calando fuertemente entre los jóvenes.
Asimismo Casini ha propuesto la institución de un Premio por la Vida, promovido por todos los MpV europeos, dedicado a la Madre Teresa de Calcuta. Se ha sugerido la concesión de tal reconocimiento -a título póstumo–, en esta primera edición, al célebre genetista francés Jerôme Lejeune.
Actualmente en proceso de beatificación, el científico -descubridor en 1958 de la anomalía genética causante del síndrome de Down- fue el primer presidente de la Pontificia Academia para la Vida. Su oposición al aborto le acarreó la exclusión del Premio Nobel.
Las delegaciones han acogido igualmente esta iniciativa, y se han comprometido a promover y participar en el encuentro de Estrasburgo del 10 y 11 de diciembre próximo, momento de entrega de las firmas y de celebración el Premio Madre Teresa de Calcuta.
Sobre otras propuestas, los MpV decidirán acciones comunes, tras las correspondientes conversaciones en el seno de cada asociación.
Por ejemplo, el delegado polaco invita a dedicar una jornada anual mundial, el 25 de marzo, a la oración por la vida. Por su parte la delegación italiana sugiere en la misma fecha que se respete al menos un día al año sin abortos.
Por Antonio Gaspari; traducción y adaptación de Marta Lago