TARRAGONA, martes, 3 junio 2008 (ZENIT.org).- La ciudad de Tarragona se prepara para acoger el Congreso Internacional "Pablo, Fructuoso y el cristianismo primitivo en Tarragona (siglos I-VIII)" para los próximos días 19, 20 y 21 de junio. El Congreso discutirá sobre si san Pablo viajó o no a España.
Según explica a Zenit el vicepresidente del Congreso, Joseph M. Gavaldà, la intención de viajar a Hispania fue el motivo central de la Carta a los Romanos.
Todo está ya en marcha y van llegando las diferentes ponencias de los participantes al Congreso, informa el Instituto Superior Ciencias Religiosas San Fructuoso.
La expectativa de este congreso va creciendo a medida que pasan los días ya que sobre la mesa empiezan a barajarse las cartas sobre si Pablo vino o no a España.
Ciertamente que no se trata de sacar el polvo a viejos motivos que honraron en su tiempo a las Iglesias de la Península, ni de excitar de nuevo los eslóganes de la España católica. Más bien, los objetivos son otros.
"Éstos vienen impulsados por la exégesis alemana, entre ellos Rainer Riesner, Heike Omerzu o Wayne A. Meeks, los cuáles ven con interés el tema de éste viaje misionero del Apóstol al final de sus días", explica a Zenit Joseph M. Gavaldà Ribot, vicepresidente del Congreso.
También profesores como Ulrich Luz, de Suiza, añade Gavaldà, "empiezan a leer la Carta a los Romanos desde la perspectiva de un hombre que tenía el fuerte deseo de llevar el Evangelio a todos los pueblos y al que sólo le faltaba llegar a Hispania para cumplir con su misión. Por ello escribe a los romanos una carta, aquella que todos los exegetas están de acuerdo en considerar su carta magna, la exposición más sistemática e importante que Pablo hizo de su visión teológica. El profesor Ulrich Luz comenta que sólo por ello, la cristiandad debería estar agradecida a España ya que fue la intención de viajar a la Península el motivo central para que Pablo escribiese la Carta a los Romanos".
"El proyecto de viajar a Hispania no fue una opción más entre otras posibles para el Apóstol --afirma Gavaldà--. Según Rainer Riesner y otros, esta opción significaba para san Pablo el cumplimiento de su misión de llevar el Evangelio de un extremo a otro de la tierra, tal y como profetizaba Isaías (Is 49,6; 66,19). En el trasfondo Pablo vivía su vocación misionera en continuidad con la misión del "Siervo del Señor" y sentía una exigencia personal de ser él quién tenía que anunciar el Evangelio a aquellos pueblos que aún lo desconocían (Rm 15,19-21). Por ello es necesario que alguien vaya a predicar (Rm 10,14-15), y él es el escogido por Jesucristo para anunciar la fe a todos los pueblos, y entre ellos los romanos de la parte occidental del imperio (Rm 1,6-6). Pablo es el mensajero de buenas noticias que Is 52,7 anunciaba y que él mismo recoge en su carta a los romanos 10,15".
Lo más importante de todo ello, señala el vicepresidente del Congreso, "es que Pablo vivía intensamente la espera de la segunda venida de Jesucristo y con ella la realización plena de la salvación universal. Pero conocía bien la tradición anterior de Marcos según la cual esta salvación final y universal estaba condicionada a que antes fuese anunciado el evangelio a todos los pueblos (Mc 13,10). Sin duda alguna, Pablo anhelaba ese momento y habiendo cumplido su misión evangelizadora por todo el Mediterráneo oriental, como él mismo argumenta en la carta a los romanos (15,23), sólo le faltaba ir a la isla más extrema, hasta el momento conocida, de la parte occidental del Mediterráneo, Hispania".
Llevar el Evangelio a Hispania significaba para Pablo, indica Gavaldà, "el cumplimiento total del requisito esencial para la segunda venida de Jesucristo. En la mente de Pablo estaba la salvación universal a través de la fe en Jesucristo, tanto para los pueblos paganos como para los judíos. La Carta a los Romanos no se puede leer sin ésta perspectiva esencial del Apóstol que infatigablemente estaba preparando al Señor los caminos para su manifestación final".
"No se trata pues --concluye el vicepresidente del Congreso-- de reivindicar los honores de las Iglesias, que como Tarragona, siempre han creído que fueron evangelizadas por san Pablo, sino de elucidar y comprender mejor aquello que movía el corazón del Apóstol en su deseo ferviente de viajar hasta España".
Más información en: http://congres.pau-fructuos.arquebisbattarragona.cat
Por Nieves San Martín