Religiosos movilizados contra el tráfico de personas

Un negocio de tres mil millones de dólares que en un 70% afecta a mujeres

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ROMA, martes, 3 junio 2008 (ZENIT.org).- Se ha abierto este lunes en Roma un Congreso internacional, organizado de manera conjunta por la Organización Mundial de las Migraciones (OIM) y por la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), con la participación de 50 religiosas de 31 congregaciones y 20 países.

En los últimos cinco años, UISG y OIM han colaborado para organizar sesiones de formación para las religiosas sobre la lucha contra la trata en las diversas partes del mundo, que hasta ahora han registrado más de cuatro mil participantes.

El proyecto está sostenido por la Embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede y financiado por la Oficina para los Refugiados y Migrantes del Gobierno estadounidense.

Los principales objetivos del Congreso, que concluye el 6 de junio, son: reforzar las redes existentes tanto de carácter nacional como regional; crear las bases para una red internacional; identificar los recursos necesarios para dar continuidad a la red.

En su ponencia introductoria, la presidenta de la UISG, sor Louis Madore, de las Hijas de la Sabiduría, ha declarado que «el tráfico de personas no es una cuestión que acaba en sí misma. Está estrechamente conectado con las cuestiones globales derivadas de las relaciones políticas y económicas injustas y de explotación entre los países con el creciente empobrecimiento de enteras poblaciones».

«Esto tiene graves consecuencias sobre las mujeres y vemos la creciente feminización de la pobreza y de la migración -añadió–. Tales situaciones junto al aumento de la comercialización del sexo y las prácticas sociales y culturales profundamente radicadas de discriminación de las mujeres y niñas, las hacen fáciles presas de los traficantes».

«El tráfico de personas –insistió sor Madore– es un fenómeno muy complejo, y por tanto trabajar en este campo no es una opción sino una necesidad si queremos estar, de modo estratégico, de parte de los más indefensos».

«Como religiosos profundamente arraigados en el Evangelio y en el carisma de nuestras congregaciones –subrayó–, estamos impresionados por este fenómeno que causa un sufrimiento enorme a las mujeres y a los niños».

Según algunos estudios, presentados en la primera jornada de trabajos, las cifras sobre las víctimas del tráfico transnacional giran cada año en torno a entre 600.000 y 820.000. Además, cerca del 70% de quienes caen en la red de los explotadores está formado por mujeres y chicas jóvenes; entre estas, el 50% son menores.

Un mercado, ligado en su mayoría a la explotación sexual y que tiene beneficios estimados en tres mil millones de dólares, aunque la naturaleza ilegal del tráfico y las diferentes metodologías no hacen fácilmente calculable su dimensión.

Sólo en Canadá, sin embargo, el tráfico de extranjeras para la prostitución se estima que produce cada año en torno a los 400 millones de dólares estadounidenses.

Los países interesados hasta ahora en los cursos de formación son Italia, Nigeria, Rumanía, Albania, Tailandia, República Dominicana, Filipinas, Brasil, Portugal y Sudáfrica.

Para este año, en cambio, el programa es organizar una sesión de formación para África occidental, en Senegal, con la participación de los siguientes países: Mali, Burkina Faso, Togo, Benin, Costa de Marfil, Sierra Leona, Nigeria, Guinea y Chad.

Traducido del italiano por Nieves San Martín

 

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ZENIT Staff

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