Los obispos chilenos piden que se mantenga el diálogo entorno a la educación

En plena tramitación de la nueva Ley General de Educación (LGE)

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SANTIAGO DE CHILE, lunes 16 de junio de 2008 (ZENIT.org).- Los obispos de Chile manifestaron, a través de un comunicado, su preocupación por las dificultades que atraviesa en estos momentos el país debido a las protestas por la tramitación de la ley de educación, según informa la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal Chilena (CECh).

 

El Comité Permanente de la CECh publicó un documento el 11 de junio un comunicado, con el título «En esta hora histórica» en el que pide al Gobierno y a los partidos políticos que «sigan trabajando y colaborando para que el acuerdo de educación prospere para el bien de la patria».

La tramitación de la nueva Ley General de Educación (LGE) en el Parlamento chileno está siendo motivo de protestas por parte de colectivos de profesores y alumnos, con paros y manifestaciones en todo Chile.

La LGE pretende sustituir a la Ley Orgánica Constitucional de Educación (LOCE), promulgada por el ex dictador Augusto Pinochet en los últimos días de su gobierno, y que suponía la descentralización y privatización de la enseñanza. En el año 2006, las críticas a la ley por parte de todos los sectores, así como una huelga de estudiantes, llevaron al actual Gobierno a plantear la reforma educativa.

En noviembre de 2007, la Concertación, coalición que mantiene el Gobierno de Michelle Bachelet, y la coalición Alianza por Chile, que agrupa a los partidos de la oposición, llegaron a un Acuerdo por la Educación para consensuar la nueva Ley. Sin embargo, este acuerdo podría peligrar por las dificultades que está encontrando la tramitación.

Los obispos, en el documento, invitan a las partes a «valorar el acuerdo alcanzado» y piden que se siga «trabajando y colaborando para que el acuerdo prospere para bien de la patria».

Este acuerdo, que los obispos califican de «histórico», supuso en su momento una «contribución nueva y positiva que favorece el entendimiento y la unidad, que tanto necesita Chile». Los obispos lamentan el desencuentro actual.

«La ciudadanía, particularmente los más pobres, no entiende esta situación pues tenía puestas sus esperanzas en un acuerdo que había logrado el apoyo del gobierno y de los dos grandes bloques políticos del país, cuyos responsables lo presentaron como la mejor opción para mejorar la educación en Chile».

Los prelados recuerdan, en relación a uno de los puntos más conflictivos, la privatización de la enseñanza, que «toda educación es un bien público, tanto la municipalizada como la particular, y la debemos cuidar al mismo tiempo que promover con esmero».

«Reiteramos nuestra visión trascendente de la educación, pues vemos en el estudiante una persona, que debe ser el centro de todo el proceso que apunta a alcanzar una mejor calidad de vida, la superación de la pobreza y el bienestar total de nuestros hermanos y hermanas, entregando el acceso al conocimiento que permite a una persona alcanzar su formación integral».

Los obispos piden a los políticos que sigan trabajando para «lograr una mayor equidad, mejores posibilidades de vida y trabajo para los profesores, modernizar la enseñanza en todas sus dimensiones».

Durante la presentación del documento, el presidente de la Conferencia Episcopal chilena (CECh), monseñor Alejandro Goic, obispo de Rancagua, afirmó que el acuerdo «probablemente no los va a satisfacer a todos, pero en una sociedad democrática, un grupo no puede imponerle su pensamiento a otro, tienen que buscar consensos, y éste, ha sido el consenso mejor posible. En el futuro puede ser perfectible, pero lo dramático sería que el acuerdo fracasara ya que no habría reforma».

Por su parte, el obispo de Chillán y presidente del Área Educación de la CECh, monseñor Carlos Pellegrin, consideró que el acuerdo es «viable» y pidió a los parlamentarios a «apoyar el proyecto, a no entorpecer, que se pueda aprobar, y a partir de eso, mejorar las áreas técnicas donde todavía hay mucho que hacer».

«Queremos manifestar en esta declaración, que hemos titulado «En esta hora histórica», la seriedad que tiene este momento de la educación en Chile. Ciertamente hay muchas cosas que todavía quedan por hacer, se menciona en nuestra declaración la necesidad de trabajar para una mayor equidad para ofrecer un mejor aprendizaje a nuestros niños», afirmó monseñor Pellegrin.

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ZENIT Staff

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