<p>PARÍS, viernes, 12 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aseguró que ser antisemita es ser también anticristiano en un discurso que dirigió en la tarde de este viernes a representantes de la comunidad judía en la nunciatura apostólica de París.
El Papa se apresuró a mantener este encuentro de carácter privado a su llegada a Francia para respetar la celebración semanal del shabbat.
El pontífice repitió «con fuerza» las palabras del Papa Pío XI, proclamadas en 1938: «Espiritualmente, nosotros somos semitas».
«La Iglesia por ello se opone a toda forma de antisemitismo, del que no hay ninguna justificación teológica aceptable», aseguró.
Luego recordó al francés Henri de Lubac, uno de los grandes teólogos del siglo XX, amigo suyo, quien «en una hora de tinieblas», en 1942, «comprendió que ser antisemita significaba también ser anticristiano».
El Papa rindió «un conmovido homenaje a aquellos que han muerto injustamente y a aquellos que se han ocupado de que los nombres de las víctimas quedaran presentes en el recuerdo. ¡Dios no olvida!».
«Queridos amigos, con motivo de lo que nos une y por motivo de lo que nos separa, tenemos que vivir y fortalecer nuestra fraternidad. Y sabemos que los lazos de la fraternidad constituyen una invitación continua a conocerse mejor y a respetarse», aseguró, antes de despedirse con el saludo hebreo «¡Shabbat shalom!».
Al final del encuentro, el gran rabino de Francia, Joseph Haïm Sitruk, declaró a los periodistas que el Papa «tiene una actitud de humildad, es un hombre muy sencillo, nos ha recibido como a amigos. He quedado sinceramente seducido».
Para el representante judío se está viviendo un «acercamiento histórico entre el judaísmo y la Iglesia».
Hablando sobre la laicidad, el gran rabino consideró que «la llegada del Papa caía en el momento adecuado para recordar que es posible ser francés laico y creer en Dios».